Mi mamá ve programas de farándula por la misma razón que tal vez tenga usted: Porque no hay nada más que ver. Y si bien, yo me voy a mi pieza tranquilamente a ver Expedición América o Los Simpsons como buen hombre pacífico que soy, aprovecho además de examinar algunas de las conductas en las que incurren estos espacios. Aunque a veces aproveche de que mi má sale y la cambio a los programas anteriormente mencionados o me ponga a ver el Cartoon Network.
¿Cual ha sido la que más me sorprendió? La inflación de personas solo por ser ricas... No por talentosas ni por nada. Por ser ricas. Solo eso.
Siempre he pensado que el talento tiene que venir acompañado de la belleza. El talento es más hermoso que la apariencia fisica de una mujer, y cuando ambas se complementan, puedes lograr cosas como que Katy Perry o Jennifer Lawrence, dos autenticos bombonazos, tengan una pronunciada y bien fanaticada. Pero el problema de los alicaidos programas faranduleros es que promocionan a gente rica por ser rica y nada más. Las muestran en cueros para levantar los 6 puntos en los que están mientras la familia amarilla y el ciclo de Constanza Patiño siguen con alta audiencia.
El punto es que, independiente del buen cuerazo que uno tenga, uno tiene que ser siempre talentoso. Y no ser una Matilde Bonasera cualquiera. Tener hambre de fama y plata y querer serlo a costa de pasar a llevar tu dignidad a cambio del sueño farandulito. Porque las farandulitas no están ahi por talento. Quieren polemizar y ganar fama fácil. Y cuando no les resulta porque los televidentes están huyendo despavoridamente hacen cosas para los que tampoco tienen gracia.
Lo mismo pasa con las misses de hoy... Son elegidas, y a falta de eventos a su altura se dedican a farandulizarse. Y creo que ni a Cecilia Bolocco ni a Donald Trumph le gustaría eso.
¿En sintesis? Para ser bella no solo hay que ver estrellas, sino que hacer algo más que presumir de un cuerpazo. Cantar, bailar, actuar, todo dentro de ese límite que no rompe el deseo, pero que la valoriza más como persona.
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¿Cual ha sido la que más me sorprendió? La inflación de personas solo por ser ricas... No por talentosas ni por nada. Por ser ricas. Solo eso.
Siempre he pensado que el talento tiene que venir acompañado de la belleza. El talento es más hermoso que la apariencia fisica de una mujer, y cuando ambas se complementan, puedes lograr cosas como que Katy Perry o Jennifer Lawrence, dos autenticos bombonazos, tengan una pronunciada y bien fanaticada. Pero el problema de los alicaidos programas faranduleros es que promocionan a gente rica por ser rica y nada más. Las muestran en cueros para levantar los 6 puntos en los que están mientras la familia amarilla y el ciclo de Constanza Patiño siguen con alta audiencia.
El punto es que, independiente del buen cuerazo que uno tenga, uno tiene que ser siempre talentoso. Y no ser una Matilde Bonasera cualquiera. Tener hambre de fama y plata y querer serlo a costa de pasar a llevar tu dignidad a cambio del sueño farandulito. Porque las farandulitas no están ahi por talento. Quieren polemizar y ganar fama fácil. Y cuando no les resulta porque los televidentes están huyendo despavoridamente hacen cosas para los que tampoco tienen gracia.
Lo mismo pasa con las misses de hoy... Son elegidas, y a falta de eventos a su altura se dedican a farandulizarse. Y creo que ni a Cecilia Bolocco ni a Donald Trumph le gustaría eso.
¿En sintesis? Para ser bella no solo hay que ver estrellas, sino que hacer algo más que presumir de un cuerpazo. Cantar, bailar, actuar, todo dentro de ese límite que no rompe el deseo, pero que la valoriza más como persona.
