Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

18 marzo 2012

Caamanotas #20

Vi anoche el programa Rojo Vip. Venía llegando de un recorrido por Antofagasta, donde logré contactarme con los problemas de la gente de esa ciudad y sentí una especie de esquizofrenia entre lo que viven los chilenos y lo que cubren los medios de comunicación. ¿Qué motivaciones tiene Kenita para ir a hablar de sus problemas sentimentales a un canal de televisión?, ¿desahogarse o recibir dinero a cambio de hablar?. ¿Qué motivaciones tiene el canal para invitarla?, ¿responder a las necesidades de los telespectadores?, ¿es una necesidad escuchar las explicaciones de Kenita?. Pero quizás lo más importante, ¿qué motivaciones tenemos los chilenos para terminar un día de trabajo, previo fin de semana largo, viendo este tipo de programas?
Me parece que entre cuecas, empanadas y vinos, celebrando 195 años de vida independiente, vale la pena reflexionar sobre los distintos tipos de esclavitudes: primero nos liberamos de la Madre Patria, y ahora ¿tenemos que liberarnos del reino de la farándula?

Estas palabras corresponden a una columna de S.E. el presidente de la república Sebastian Piñera en septiembre de 2005 (en ese entonces candidato al sillón de O'Higgins) acerca de la farándula, que pese a que en ese entonces era medianamente pasable, ya estaba metiendo ruido para mal.

Me encantaría saber la opinión del mandatario ahora que la televisión farandulera se lleva el 85% de la programación y el presupuesto de los canales, incluyendo a Chilevisión, canal que tuvo en su haber y que lo llevó hasta la debacle, utilizando su noticiero para destacar más crímenes y violaciones que de las informaciones propiamente tal, so pretexto de evidenciar un nivel de violencia como los de México, Colombia o Brasil. Además de farandulizar al máximo al canal, tanto así que hoy CHV no tiene bloque infantil.

Detesto hablar de política, pero descubrí esto y veo que Piñera debería ponerse los pantalones y lanzar una opinión sobre el pauperrimo nivel de nuestra alicaída y subvalorada televisión chilena. Y ahora que la televisión digital se viene a pasos agigantados, su responsabilidad en mejorar la calidad debería ser mayor.

Gracias a @stark por el dato

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