En una televisión donde rara vez ganan los buenos y la maldad encarnada por los programas de farándula y chicos reality coludidos con productores perversos y maquiavélicos cuya mente siniestra les permite hacer tongos poco creíbles que aún lideran en el trasnoche con poco parecieran ser dueños, resulta indispensable que, en los años de reality shows, haya alguien con quien nos sintamos plenamente identificados. Uno de ellos es la Abuelita Eliana de MasterChef Chile.
Ella representa la vitalidad con la que deberíamos llegar a la vejez, impuso respeto pero a la vez cariño y humildad, algo que rara vez vemos en encierros televisados -sobre todo en el que recibe la venia de un cada vez más sesgado TimeIbope- y genera empatía con el público. Ternura que pocas veces se ve en una televisión chilena muy farandulita y que pareciera no saber nada de buenos ejemplos. "Pareciera", porque ella le dio el palo al gato.
Anoche en su eliminación presenciamos un momento emotivo: El reconocimiento de sus compañeros, del equipo, e incluso Nakasone bajó de su bunker siniestro -que esto le enseñe a hacer cosas con más contenido, miren que estuvo a cargo del fallido "El hormiguero"- para despedirla. La gracia marcó 19 puntos, quizá otra de las tantas oportunidades en que el reality de cocineros había marcado tanto -si le hubiese ganado a Ezel, pero bueno, las Hellerlucas son todopoderosas parece-.
¿Qué nos enseña esto? Que no se logra ser querido en la televisión siendo un pedante como Adriana Barrientos, idiota como Luli, estúpida como las modelos argentinas ladronas que vienen a Chile acá, o imbéciles como Oriana Marzolli. Generando tongos bajo la asociación ilícita con productores de mente siniestra como Carlos Valencia o Ignacio Corvalán no vas a tener el cariño de la mitad más uno de Chile, ni menos vas a obtener el reconocimiento de los compañeros de la tele. Solo con humildad, talento, y esa sencillez que tan pocas veces uno encuentra, se logrará que Chile te quiera y te reconozca.
Ojalá que cuando llegue a los 85 años tenga esa vitalidad y esas ganas de darlo todo como Eliana, la abuela de Chile.
PD: Los Elianahaters me la sudan, de seguro ellos son los más fanáticos de bostas tipo SQP, que son como la Vieja Lucía: Son odiados por la mayoría, pero siguen vivitos y coleando.
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Ella representa la vitalidad con la que deberíamos llegar a la vejez, impuso respeto pero a la vez cariño y humildad, algo que rara vez vemos en encierros televisados -sobre todo en el que recibe la venia de un cada vez más sesgado TimeIbope- y genera empatía con el público. Ternura que pocas veces se ve en una televisión chilena muy farandulita y que pareciera no saber nada de buenos ejemplos. "Pareciera", porque ella le dio el palo al gato.
Anoche en su eliminación presenciamos un momento emotivo: El reconocimiento de sus compañeros, del equipo, e incluso Nakasone bajó de su bunker siniestro -que esto le enseñe a hacer cosas con más contenido, miren que estuvo a cargo del fallido "El hormiguero"- para despedirla. La gracia marcó 19 puntos, quizá otra de las tantas oportunidades en que el reality de cocineros había marcado tanto -si le hubiese ganado a Ezel, pero bueno, las Hellerlucas son todopoderosas parece-.
¿Qué nos enseña esto? Que no se logra ser querido en la televisión siendo un pedante como Adriana Barrientos, idiota como Luli, estúpida como las modelos argentinas ladronas que vienen a Chile acá, o imbéciles como Oriana Marzolli. Generando tongos bajo la asociación ilícita con productores de mente siniestra como Carlos Valencia o Ignacio Corvalán no vas a tener el cariño de la mitad más uno de Chile, ni menos vas a obtener el reconocimiento de los compañeros de la tele. Solo con humildad, talento, y esa sencillez que tan pocas veces uno encuentra, se logrará que Chile te quiera y te reconozca.
Ojalá que cuando llegue a los 85 años tenga esa vitalidad y esas ganas de darlo todo como Eliana, la abuela de Chile.
PD: Los Elianahaters me la sudan, de seguro ellos son los más fanáticos de bostas tipo SQP, que son como la Vieja Lucía: Son odiados por la mayoría, pero siguen vivitos y coleando.