El título puede ser duro y frontal, pero si tuviéramos que aplicar la encuesta Casen o la Ficha de Protección Social a la programación sabatina (muy especialmente a la de TVN y Chilevisión) el resultado sería categórico y uno solo: extrema pobreza.
Especialmente el canal estatal desde hace un tiempo a esta parte, ha transformado el menú sabatino en una indescriptible ensalada de repeticiones de películas archivistas, resúmenes de los programas que se están emitiendo en el canal (como Juga2 o La Familia Más Loca de Chile), o bien de algún programa de reportajes, como el que se transmitió en 2009 para los 40 años de TVN, y que seamos francos, en su última repetición, se dio bastante editado.
Las mañanas sabatinas del canal estatal (que antes eran destinadas a programas infantiles como 31 Minutos, o dibujos animados, y otros programas destinados a los más pequeños de la casa); hoy se remiten a conectarse con el Canal 24 Horas (aunque acá debo hacer notar que se emiten programas de bien buena calidad), y a reptir, como dije antes, películas que más de alguna vez hemos visto. Y Mauro Valdés, actual director ejecutivo del canal estatal, es uno de los grandes responsables de esta situación, que tiene a TVN en el cuarto lugar de sintonías.
Chilevisión, que antes traía los dibujos animados del animé u otros de clase mundial, hoy por hoy está convertido en una maratón de repeticiones de Talento Chileno (a veces se dan archivos de cuando todavía estaba Julián Elfenbeim en el otrora canal de la Universidad de Chile). Y cuando estaba Yingo al aire, el asunto era peor aún, ya que todos los sábados, de 09.30 hasta las 13.30, había que soportar "lo mejor" de ese bodrio juvenil que pasó a mejor vida el pasado 1 de febrero.
Canal 13, con sus películas repetidas (esas que dan en el horario que hasta hace 1 año ocupaba Sábado Gigante), tampoco lo hace mejor,
Si bien es cierto la televisión y los hábitos de los televidentes han cambiado (sería ilógico pensar que el público es el mismo que veía cada tarde sabatina los Sábados Gigantes en Canal 13), ello no puede ser excusa para que los canales pongan "lo que se les plazca la gana". Una buena alternativa, creo, si se quiere seguir en la senda de las repeticiones, sería poner al aire algunos estelares de esos que daban gusto verlos. Si los canales tienen dinero para gastar en bostas faranduleras, cómo no van a tener un poco de recursos para repetir alguno de esos estelares de antaño que las generaciones que vivimos los 80 y los 90 (y por qué no decirlo, las generaciones más nuevas), disfrutamos y que creo, sería justo que las generaciones más nuevas conozcan.
Lo otro sería, preparar programas para esa hora, como de tipo cultural (evocando un poco el canal cultural de Chilevisión, que en la era RTU presentaban buenos programas). Las sintonías no serían malas y creo, los canales ganarían prestigio, que es un concepto que debería ir de la mano con las ganancias.
La TV actual, se ha transformado en poca inversión y grandes retornos. Y es esa ecuación la que ha llevado a la TV chilena al calamitoso estado de extrema pobreza en el que está, del que se puede salir sólo invirtiendo, corriendo riesgos, siendo más audaz, en el fondo, innovando y no copiándole al canal del lado, que es lo que ha imperado hace ya bastantes años en la televisión, y si se sigue así... el medio televisivo va derecho al más profundo de los abismos (demás está decir que ya está en un abismo con la farándula), y de ahí sí que va a ser difícil salir.
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Especialmente el canal estatal desde hace un tiempo a esta parte, ha transformado el menú sabatino en una indescriptible ensalada de repeticiones de películas archivistas, resúmenes de los programas que se están emitiendo en el canal (como Juga2 o La Familia Más Loca de Chile), o bien de algún programa de reportajes, como el que se transmitió en 2009 para los 40 años de TVN, y que seamos francos, en su última repetición, se dio bastante editado.
Te extramaños, Tronia... ¡Volvé! |
Las mañanas sabatinas del canal estatal (que antes eran destinadas a programas infantiles como 31 Minutos, o dibujos animados, y otros programas destinados a los más pequeños de la casa); hoy se remiten a conectarse con el Canal 24 Horas (aunque acá debo hacer notar que se emiten programas de bien buena calidad), y a reptir, como dije antes, películas que más de alguna vez hemos visto. Y Mauro Valdés, actual director ejecutivo del canal estatal, es uno de los grandes responsables de esta situación, que tiene a TVN en el cuarto lugar de sintonías.
Si CHV fuese más razonable deberían dar series de la factoria Turner (Cartoon Network, Tooncast) como las Chicas Superpoderosas o Dexter |
Chilevisión, que antes traía los dibujos animados del animé u otros de clase mundial, hoy por hoy está convertido en una maratón de repeticiones de Talento Chileno (a veces se dan archivos de cuando todavía estaba Julián Elfenbeim en el otrora canal de la Universidad de Chile). Y cuando estaba Yingo al aire, el asunto era peor aún, ya que todos los sábados, de 09.30 hasta las 13.30, había que soportar "lo mejor" de ese bodrio juvenil que pasó a mejor vida el pasado 1 de febrero.
Canal 13, con sus películas repetidas (esas que dan en el horario que hasta hace 1 año ocupaba Sábado Gigante), tampoco lo hace mejor,
Si bien es cierto la televisión y los hábitos de los televidentes han cambiado (sería ilógico pensar que el público es el mismo que veía cada tarde sabatina los Sábados Gigantes en Canal 13), ello no puede ser excusa para que los canales pongan "lo que se les plazca la gana". Una buena alternativa, creo, si se quiere seguir en la senda de las repeticiones, sería poner al aire algunos estelares de esos que daban gusto verlos. Si los canales tienen dinero para gastar en bostas faranduleras, cómo no van a tener un poco de recursos para repetir alguno de esos estelares de antaño que las generaciones que vivimos los 80 y los 90 (y por qué no decirlo, las generaciones más nuevas), disfrutamos y que creo, sería justo que las generaciones más nuevas conozcan.
Lo otro sería, preparar programas para esa hora, como de tipo cultural (evocando un poco el canal cultural de Chilevisión, que en la era RTU presentaban buenos programas). Las sintonías no serían malas y creo, los canales ganarían prestigio, que es un concepto que debería ir de la mano con las ganancias.
La TV actual, se ha transformado en poca inversión y grandes retornos. Y es esa ecuación la que ha llevado a la TV chilena al calamitoso estado de extrema pobreza en el que está, del que se puede salir sólo invirtiendo, corriendo riesgos, siendo más audaz, en el fondo, innovando y no copiándole al canal del lado, que es lo que ha imperado hace ya bastantes años en la televisión, y si se sigue así... el medio televisivo va derecho al más profundo de los abismos (demás está decir que ya está en un abismo con la farándula), y de ahí sí que va a ser difícil salir.