Estaba haciendo un zapping de videos random en YouTube, y en las recomendaciones me apareció esto: En el, el videobloguero mexicano Hugo Sadh -que tiene unas publicaciones donde le canta sus verdades a Televisa- dice que cuando uno ve una película, o va a un concierto, o es admirador de alguna figura del entretenimiento, uno se pone ignorante, que lo están manipulando los poderosos, que se construye una sociedad impura, que las empresas como Disney y Sony están coludidas.
Che, ¿podría tomarse un calmante? Obvio que en el mundo del espectáculo -me niego a decirle "farándula" porque acá en Chile ese término está demasiado tergiversado- hay gente orgullosa de su mediocridad como Miley Cyrus, Lindsay Lohan o las Kardashians, pero si hacemos la raya para la suma, hay gente que lo que hace no es para mantener adormecida o anestesiada a la plebe, como cree el señor Sadh. A mi me gusta una cantante que se hizo famosa por su trabajo y talento y no gracias a métodos poco ortodoxos, y siento que soy una persona que tiene dedos pa'l piano y que sabe diferenciar lo bueno de lo malo. Y ojo, no solo gracias a lo que escucho, sino que recibi una adecuada enseñanza de mi madre y crecí con una buena televisión, algo que queremos recuperar.
Así que si usted compra en iTunes el nuevo tema de Britney Spears o si va al cine a ver Los Juegos del Hambre o ve un capítulo nuevo de "Jessie" o "Sam & Cat", tenga cuidado, porque mientras usted lo hace, el congreso puede aprobar la Ley del Embudo, o la Ley de Moraga. Qué se sho.
Pero hablando en serio, ¿Es que acaso solo tiene que existir la danza, el teatro y la música clásica? ¡Por favor! ¡Aquí no hay ningún gato encerrado! Un poco de sano entretenimiento, música, cine y televisión -pero de la buena, no la que tiene en crisis a la pantalla chica nacional- no le hacen daño a nadie. Lo demás, es pura y santa conspiranoia.
