Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

09 enero 2012

Bocadito de nostalgia: ¡Que comience el verano! (1993)

En lo personal, salvo una que otra excepción, nunca me gustó la tele de la "temporada baja", básicamente porque es la época de los ciclos de bajo presupuesto, proliferación de canciones pegajosas, noticieros con las notas de todos los años de "el verano en Reñaca" o "¿cuanto cuesta un viaje en bici?" y un largo etcetera. Pero en otros tiempos, la cajita feliz tenía buenas opciones para pasar el rato por si te quedabas en casa, y esto era lo que nos ofrecían en la época estival de un día como hoy, pero de 1993.

De todas las televisiones chilenas, La Red fue el canal que durante ese día ofreció bastante poco. Lo mejor del espacio que condujera Alfredo Lewin (y que vió nacer televisivamente a un joven Amaro Gomez-Pablos durante 1992), un programa deportivo con Paulina Magnere (que durante su estadía en el canal de Manquehue Sur hizo de todo, animando desde el tiempo hasta espacios juveniles), una seguidilla de películas rematando con clásicos bizarros del terror más negro, y cerrando las transmisiones... la misma Magnere y el mismo Lewin presentando videos musicales para los noctámbulos.

Por el lado de UCV Televisión, el canal porteño siguió ese enfoque a los más chicos que tanto éxito le dió en los 80s y a principios de los 90s, donde se destaca la maratón que fue "Zona de niños" que relevaba a Pipiripao en los fines de semana, junto con "Paula y el Oso Willy" (el antecesor del posteriormente renombrado "Encontrémonos en Mundo Mágico"). Y además, el clásico "Viña Verano" con Mary Rogers y el actor Patricio Achurra. Ah, y "OK" que los finde los destinaba a especiales temáticos.

Durante mucho tiempo luego del retorno a la democracia, TVN fue visto como un "canal piñufla", dando programas que no duraron mucho en horario estelar. Nada haría presajiar que en 1993 alcanzaría un avance significativo que la haría recuperar el sitial de "canal grande y rentable" que perdió a fines de la dictadura militar. La mañana comenzaba con el espacio de los evangélicos, uno de los miles de programas que tuvo Carlos Villagrán encarnando a su personaje cachetón, series como "Cops", "Dinoplativolos" y "Locademia de policía". La tarde avanzaba con Jorge Aedo y su mitico "Sábado taquilla" con los éxitos del verano, la sobremesa con series antiguas como "Simón y Simón" y "Kojak" y tres películas para el horario prime.

Lento pero seguro iba Megavisión. El primer canal privado sacaba provecho de su éxito en la audiencia y en lo monetario. Con el fenómeno social que fue "Nubeluz", que incluso sirvió para que la televisora de Vicuña Mackenna pusiera programa tras programa después de ese bloque con mediano éxito, como el envasado "Video power", nacido bajo el alero de otro fenómeno: los videojuegos, acarreado por la aparición del Super Nintendo (abajito hay un fragmento de ese programa). Luego seriados exitosos en los 80s como "Viaje a las estrellas" y "Area 12". Pero una espina clavada del Mega en ese entonces era su hora estelar, que en ese entonces era de solo películas. Durante mucho tiempo nunca se desarrolló un éxito absoluto a esa hora hasta que Vodanovic llegó a ese canal.


El viejo RTU, ese canal que se enfocó entre lo cultural y la entretención sana, con programas como el de Pippo Guzmán (que ese año se iría a La Red, a proposito, ¿qué fue de ese hombre?), el Gane Tiempo (que se adelantó a la irrupción de los infomerciales en la pantalla), el espacio de Cristian Norero (que además era la voz en off del otrora canal laico), y la transmisión del programa de Raffaella Carrá que tuvo en TVE. Ah, y los sábados con la transmisión de los partidos de la NBA, algo que hace bien falta en la tele de hoy.

Y por último, el Canal 13, ese canal elegante, sobrio, con programas de nivel y una amplia gama de animadores que daban la nota. Ese día los envasados se repartían entre documentales de Natgeo, Scooby Doo, el clasico Garfield y un Sábado Gigante que a partir de esa fecha se emitía integramente desde Miami, con un Don Francisco que se consolidaba entre el público hispano de los Estados Unidos, además de Teletrece, que no sabía de testimonios de emprendedores ni de "la pica' de Don Emeterio en la Panamericana Sur".

BONUS TRACK: Los ex-ex-éxitos del verano '93, aunque como era recien los primeros brillos de ese año, habían canciones "heredadas" del año anterior #aloEnaVonBaer.

En la Amplitud Modulada tenemos uno de los éxitos bolerísticos de Luis Miguel, que resucitó un género que en los 80s creíamos haber muerto, y con maestría; cebolla de la buena con un melancólico y triste temón de Myriam Hernández; los primeros temas de los Decadentes; Chayanne por partida doble y el retorno de Franco Simone.

Y en la Frecuencia Modulada, el grupo de Axl Rose que aún gozaba de buena salud; Bon Jovi y sus temas semirockeros de comienzos de los 90s; Madonna que aún era la indiscutible reina del pop; un grupo argentino que impuso su peculiar tema oda al carrete y David Bowie que volvía a escena.

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