Sorry, tráteme de panqueque si quiere, enróstreme lo entusiasta que estaba hace un año, pero es momento de hacer un mea culpa:
Yo desde el primer día creí en Solari, López y Acuña. Estaba tan entusiasmado, y redundo, en que el proyecto de televisión pública que ellos querían hacer era en serio. Oía palabras tipo "queremos ver televidentes y no consumidores" y pensaban desterrar todo lo que olía a farandulismo valdesiano en la red amiga.
¿Pero qué pasó? Se piensa que hacer buena televisión es hacerla porque sí, pero tal como el episodio de Las Chicas Superpoderosas en que un enemigo de Utonio copiaba la formula secreta para hacer imitaciones de ellas, faltó el ingrediente más importante: El amor. ¿Y qué es el amor? El amor por cómo se hace televisión, el que sentían esos ingenieros que se sacaron la mugre entre el 57 y el 62 para levantar antenas, escenografías y cámaras para hoy difundir cosas sensacionalistas.
En el momento en el que TVN decide apretarse el cinturón despidiendo a personas que poco y nada tienen que ver con la situación en la que están, prefieren echar a gente talentosa y no a los primeros responsables de esta crisis.
Y el mea culpa viene por otro lado, porque desde que asumió la mujer de Raúl Alcaino, LTSC, y lo asumo, se volvió absolutamente parcialista, desconociendo, quitándole méritos a la competencia, difamando a los televidentes de novelas turcas, etcétera, etcétera, etcétera. Y pienso que en ese momento pequé de poco serio.
¿Qué lecciones me da esto? Que nunca más apoyaré a ejecutivos, sean del canal que sean, antes de que estos asuman. El porrazo puede ser extremadamente fuerte.
Lo otro, los problemas de la televisión pública de Chile, son los problemas de toda la televisión chilena actual. No hacen el mea culpa a posteriori de la crisis de audiencia -temo que el día que lo hagan, sea ya demasiado tarde- y siguen dandole suero a un formato televisivo desgastado, horripilante y que busca sobrevivir tal como la derecha, con temas intrascendentes como el guardaespaldas de Arturo Vidal. Eso no calienta.
Esta es una situación lamentable que la TV chilena no asume, y todo gracias a uno solo: Rodrigo Danús, mentor del farandulismo y amigo de otros CTMs como Jorge Rial, Luis Ventura y Marcelo Polino. Metete tus Bocaminas en lo más profundo del ojetix, pedorro.
¿Qué más puedo decir? Que en todos estos últimos años metieron a gente que no solo no sabe de televisión, sino que lo ven solo para ganar más curriculum. ¿Qué van a saber ellos de tele si con suerte saben contar dinerito? ¿Qué van a saber de tele si nos miran como un punto de rating? ¿Qué van a saber de tele si tienen ideas distorsionadas de "lo que la gente quiere ver"?
Si, la televisión de calidad se cocina a fuego lento, pero... minimo ponganle un poco de brasas, por favor.
La situación actualmente se está volviendo insostenible. Tenemos programas preparados a medias ("Lip Sync Chile"), otros que ya se harán la idea de que nunca van a salir al aire ("Kunga") y otros cancelados injustamente. Y ya no vale culpar a Mega ni a las teleseries turcas.
Lo que si es que hay que hacer algo pronto, hay que salir a la calle, buscar a la gente, hacerla que se sienta identificada, pero no con un divo o con una bataclana ladrona importada de Argentina o siliconada de acá, sino que con cosas mejores. Historias mejores, gente talentosa, gallos increibles, juventud, noticias más allá de nuestro metro cuadrado.
Solo con talento nacional e internacional y con un buen sentido del espectáculo, la TV chilena volverá a ser lo que era antes y la audiencia no solo volverá al 7.1, sino que a todos los canales.
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Yo desde el primer día creí en Solari, López y Acuña. Estaba tan entusiasmado, y redundo, en que el proyecto de televisión pública que ellos querían hacer era en serio. Oía palabras tipo "queremos ver televidentes y no consumidores" y pensaban desterrar todo lo que olía a farandulismo valdesiano en la red amiga.
¿Pero qué pasó? Se piensa que hacer buena televisión es hacerla porque sí, pero tal como el episodio de Las Chicas Superpoderosas en que un enemigo de Utonio copiaba la formula secreta para hacer imitaciones de ellas, faltó el ingrediente más importante: El amor. ¿Y qué es el amor? El amor por cómo se hace televisión, el que sentían esos ingenieros que se sacaron la mugre entre el 57 y el 62 para levantar antenas, escenografías y cámaras para hoy difundir cosas sensacionalistas.
En el momento en el que TVN decide apretarse el cinturón despidiendo a personas que poco y nada tienen que ver con la situación en la que están, prefieren echar a gente talentosa y no a los primeros responsables de esta crisis.
Y el mea culpa viene por otro lado, porque desde que asumió la mujer de Raúl Alcaino, LTSC, y lo asumo, se volvió absolutamente parcialista, desconociendo, quitándole méritos a la competencia, difamando a los televidentes de novelas turcas, etcétera, etcétera, etcétera. Y pienso que en ese momento pequé de poco serio.
¿Qué lecciones me da esto? Que nunca más apoyaré a ejecutivos, sean del canal que sean, antes de que estos asuman. El porrazo puede ser extremadamente fuerte.
Lo otro, los problemas de la televisión pública de Chile, son los problemas de toda la televisión chilena actual. No hacen el mea culpa a posteriori de la crisis de audiencia -temo que el día que lo hagan, sea ya demasiado tarde- y siguen dandole suero a un formato televisivo desgastado, horripilante y que busca sobrevivir tal como la derecha, con temas intrascendentes como el guardaespaldas de Arturo Vidal. Eso no calienta.
Esta es una situación lamentable que la TV chilena no asume, y todo gracias a uno solo: Rodrigo Danús, mentor del farandulismo y amigo de otros CTMs como Jorge Rial, Luis Ventura y Marcelo Polino. Metete tus Bocaminas en lo más profundo del ojetix, pedorro.
¿Qué más puedo decir? Que en todos estos últimos años metieron a gente que no solo no sabe de televisión, sino que lo ven solo para ganar más curriculum. ¿Qué van a saber ellos de tele si con suerte saben contar dinerito? ¿Qué van a saber de tele si nos miran como un punto de rating? ¿Qué van a saber de tele si tienen ideas distorsionadas de "lo que la gente quiere ver"?
Si, la televisión de calidad se cocina a fuego lento, pero... minimo ponganle un poco de brasas, por favor.
La situación actualmente se está volviendo insostenible. Tenemos programas preparados a medias ("Lip Sync Chile"), otros que ya se harán la idea de que nunca van a salir al aire ("Kunga") y otros cancelados injustamente. Y ya no vale culpar a Mega ni a las teleseries turcas.
Lo que si es que hay que hacer algo pronto, hay que salir a la calle, buscar a la gente, hacerla que se sienta identificada, pero no con un divo o con una bataclana ladrona importada de Argentina o siliconada de acá, sino que con cosas mejores. Historias mejores, gente talentosa, gallos increibles, juventud, noticias más allá de nuestro metro cuadrado.
Solo con talento nacional e internacional y con un buen sentido del espectáculo, la TV chilena volverá a ser lo que era antes y la audiencia no solo volverá al 7.1, sino que a todos los canales.