Hace un ratito en ese bodrio televisivo llamado "Yingo", el creido de Ernesto Lavín hizo una "jugada polémica" que bien debió ser analizada por Mario Gasc, al mover sospechosamente un balde durante una prueba. Luego de que el jurado le llamó la atención, trató a Karen Paola de "payaso" y le dijo el medio garabato a Ricardo Cantín, tras lo cual salió del escenario.
Ahora el punto clave, Lavín cuando volvió siguió dandoselas de divo como todos los niñitos que ahí trabajan, luego se volvió a retirar para volver mientras los animadores hablaban por teléfono con su público. Ahora viene la parte curiosa: Mario Velasco y Catalina Palacios anuncian que abren las lineas para que el fiel televidente de esa lacra pueda expresar su opinion pero... ¡No dieron ningún número de teléfono! Lo cual me hace suponer que este no es más que otro tongo del señor Hernández para levantar el rating, algo del que la mayoría del elenco de ese programucho es campeón indiscutible.
La verdad es que gente como algunas personas que trabajan en Yingo no le hacen bien a la TV, partiendo por esa niñita Faloon, del cual me referiré en otro post. Es el pan y circo del que los quinceañeros ya se acostumbraron para mal, son los ídolos de pacotilla de una generación que poco y nada sabe de decencia y, sobre todo, de humildad. Algo del que ya Hernández nos tiene acostumbrados hace mucho tiempo, y que dificilmente cambie el panorama.
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Ahora el punto clave, Lavín cuando volvió siguió dandoselas de divo como todos los niñitos que ahí trabajan, luego se volvió a retirar para volver mientras los animadores hablaban por teléfono con su público. Ahora viene la parte curiosa: Mario Velasco y Catalina Palacios anuncian que abren las lineas para que el fiel televidente de esa lacra pueda expresar su opinion pero... ¡No dieron ningún número de teléfono! Lo cual me hace suponer que este no es más que otro tongo del señor Hernández para levantar el rating, algo del que la mayoría del elenco de ese programucho es campeón indiscutible.
La verdad es que gente como algunas personas que trabajan en Yingo no le hacen bien a la TV, partiendo por esa niñita Faloon, del cual me referiré en otro post. Es el pan y circo del que los quinceañeros ya se acostumbraron para mal, son los ídolos de pacotilla de una generación que poco y nada sabe de decencia y, sobre todo, de humildad. Algo del que ya Hernández nos tiene acostumbrados hace mucho tiempo, y que dificilmente cambie el panorama.
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