"Yo amo los 90" y el rentable negocio de la nostalgia

Se dice que "todo tiempo pasado fue mejor". Suena casi a un lugar común en estos días. "TV o no TV" en los años 2008 y 2009 lo dejó en claro repasando lo que fueron los primeros 50 años de la televisión chilena, lo mismo los programas documentales sobre los 40 años de Televisión Nacional. Y este año, tras 3 en el congelador, finalmente salió al aire "Yo amo los 90" en Canal 13.

Y esto me llega al corazón, básicamente porque viví esa época, llena de luces, colores, magia, libertad y sobre todo, diversidad. Una diversidad que en los 80s no se veia por las restricciones de la época, donde la creatividad estaba a flor de piel, con gran énfasis en recuperar esa cultura que estaba dormida durante los 17 años de la dictadura. Y asi fue como llegaron los conciertos, los eventos de moda, las discotecas, las memorables obras de teatro, los Cachantún Fashion y un "cuantohay", como diría la Vivi Kreutzberger.

Pese a que no tiene el rating descollante que ostenta "Las mil y una noches" o las nocturnas de TVN, "Yo amo los 90" tampoco pretende ser exitoso -aunque cómo nos gustaría que lo fuera-, sino que apela al nicho y al público que busca recordar cuando "eramos felices y no lo sabíamos".

Y siempre funciona el recuerdo, ya sea en la televisión o en la música. ¿Por qué creen que "Viva Dichato" es bueno? Porque es un festival no solo popular, sino que Kitsch. ¿Por qué creen que el Festival HitParade fue exitoso? Porque reunió a artistas que fueron éxito en su momento y que algunos, pese a lo efimera que fue su fama, recuerdan amenamente -por ejemplo, me gustaría ver una "Noche ochentera" en el Festival de Viña o en el evento de la costa de la provincia de Concepción-. Tanta fue su buena acogida que habrá otra versión a fin de año, con Taylor Dayne y Belinda Carlisle.

La nostalgia, bálsamo para escapar de la realidad y de lo nefasta que suele ser la actualidad y de lo mala que es la televisión en la actualidad. Porque los 90s ofrecieron eso que los 80s no hicieron, que es la agilidad. Lo que brindaban "Viva el Lunes", "Hablemos de...", "Una vez más" y los estelares de Don Francisco. Pero no solo entretención, sino que esa cultura que hoy es dificil de encontrar y que era masiva, como "El show de los libros" y "El mirador" -avisenle al compadre de El Mostrador que eso no se acabó en esa década, sino que en los 2000s-.

Porque los 90s fueron más grandiosos que los 80s, y porque esa década ofreció más diversidad que la que todos dicen que fue la "última generación cuerda". Con todo, con sus pros y contras, prefiero los 90s. Y la nostalgia se va a mantener en boca de todos durante mucho tiempo más.

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