¿El renacer de Liv TV?

Cuenta la historia que allá en el poco rentable mundo de la UHF existía, desde 2007, el canal Liv TV. Empezó con fuertes avisos radiales diciendo "apaga la tontera, prende el canal 54" y su dueña era una corredora de valores. De hecho, sus estudios se ubicaban en la misma Bolsa de Valores en oficinas adaptadas como foros televisivos, desde donde apuntaban a su planta transmisora ubicada en el Cerro Chena en San Bernardo.

Se hizo de rostros de un variopinto: Juan Manuel Astorga, las hermanas María de los Ángeles y Gloria Lazo, Claudio Narea y Ramón Llao, entre tantos otros. Es más, tuvo una partida en falso que tuvo hasta fiesta de inauguración en el Castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía. No, si les digo que ambiciones tenían de meter ruido desde el principio -igual que TVO cuando empezó, "TVO, el nuevo canal, rompe con todo", ¿se acuerdan?-. Pero la potencia era bajisima, no se concretó el inicio de transmisiones que debía ser el 9 de abril de 2007 y recien empezaron, luego del movimiento de la antena al San Cristóbal, ¡el 17 de diciembre de ese año!

Y cuando aún no agarraba vuelo suficiente, en julio se relanzó como Liv TV. Según la agencia publicitaria que realizó el rebranding "La firma", el origen de LIV es el número 54 escrito en romano. Se llevaron a José Miguel Villouta -antes de ser un egocéntrico, intolerante, petulante e infantil panelista de "Intrusos"- y a Eduardo Bonvallet, ambos haciendo programas desde los estudios de una universidad privada.

Es más, incluso llegaron a contar con una franja infantil compuesta de los mismos animés que, casualidad o no, ese 2008 había dejado de transmitir CHV, como "Mikami", "Detective Conan", "Slam Dunk", "Orphen" e incluso clásicos occidentales como "El mundo de Bobby", todos en un contenedor llamado "Caricatour". Sin embargo, la corredora que estaba a cargo del canal fue multada por malversación de fondos y quedó en bancarrota y todas las empresas a cargo de ella, incluida la televisora, se pusieron a la venta. Los concesionarios, la sociedad "Televisión América", junto con una junta de acreedores que se hicieron cargo luego de la venta, terminan con esa "programación innovadora" y esa "otra televisión" y terminó en el mismo destino de todas las UHF "medianamente mediáticas": Programación basura, infomerciales, charlatanes vendiendo productos naturistas milagrosos y repeticiones de videoclips.

Es más, hace un par de años, el 5% de las acciones del canal estaba en manos del "locutor" Omar Gárate, el cual obviamente tenia hasta programa ahi: "Omarcito y sus invitados" -el mismo de Máscanal-, donde vende productos de mala factura, presenta artistas tropicales que solo cantan en la ducha, junto con una coanimadora extranjera que ni modula. Si "Duro de domar" siguiera con su versión chilena, tendríamos un "Me colgué del cable" pero de antología. Eso sumado a las horas que tiene el pastor Alejandro Martinez, si, el mismo que era dueño de Vidavisión -cuando estaba en el canal 2 luego del cierre de R&P TV y antes de que se convirtiera, con lios legales de por medio, en lo que hoy es Telecanal-, con programas como "Formando campeones" y "Punto de encuentro", este último, con un sonido deplorable, en el que incluso llega a escucharse desfasado.

Bueno, la cosa es que actualmente LIV está dando señales de resurrección. Para no creerlo, en su cuenta de YouTube, se publicita lo que será su "nueva programación", compuesta por biografías de celebridades y personajes famosos, videos "virales" y videoclips, emprendedores, vida sana y otras cosas de perogrullo, las cuales irán a partir de las 18h00 hasta pasada la medianoche. ¿El resto del dia? ¿Qué cree? Si, el mismo pastor Martinez, los mismos infomerciales y vocé sabe.

Lo cierto es que sumado a todas las maravillas que publicitan, crearon cuenta en Twitter y Facebook donde adelantan qué es lo que se viene a partir del 1 de octubre. ¿Les durará? ¿Cuánto apuesta?

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