Si, parecemos noesnalaferia pero es que cuando un programa marcó tu infancia lo mínimo que se merece es un homenaje. Y hoy quisiera hablar de un espacio sencillo que demostraba que con poco se podía hacer mucho.
"El tiempo es oro" empezó como un programa sencillo en el verano de 1994, complementando la temporada baja. Era un ciclo que tenía las 3B: Bueno, bonito y barato. Bueno, porque era un programa de concursos familiar, para toda la familia, que además tenía humor e incluso invitados internacionales y nacionales; bonito porque no subestimaba al televidente ni al participante, al contrario, premiaba la inteligencia de estos; y barato porque costaba la nada misma y era sencillo, se hacía televisión de primera línea con cosas simples.
El programa era conducido por dos elegantes animadores: Por un lado, el toque de elegancia femenina lo ponía Susana Rocatagliatta, que antes de animar ese ciclo estaba en "Almorzando en el 13" y condujo la temporada 1992 de "Teleduc" (a todo esto, hay que leer su libro "Un hijo no debe morir", imprescindible y además comparte una pena que varios en mi familia tienen); y por otro lado estaba el actor Roberto Poblete, actual parlamentario por el Partido Socialista. Y por supuesto, la voz en off del locutor de Radio Romantica, Manuel Enrique Thompson, llamado por los conductores como "Mr. Thompson" (y así también lo llamaba Rafael Araneda tanto en los programas de baile de TVN como en "La fiesta de Chile" de Chilevisión).
Como decía, el ciclo era todo lo que hoy hace el área cultural de la televisora mixta: Educar y al mismo tiempo entretener. No era tan dificil. Y además tenía éxito, la audiencia siempre lo premiaba con su preferencia.
En RecTV he podido ver las primeras temporadas y era un conventillo de sabiduría y conocimiento: Notas narradas por el mismo Thompson que introducían los cuestionarios, el "teatro" en donde Natalia Cuevas y Rodolfo Bravo -si no me equivoco- personificaban varias películas que los participantes tenían que adivinar, el concurso de problemas mentales de matemáticas y relacionamiento de conceptos. Y todo era, además, amenizado por las telechacharas de Jorge Romero "Firulete" y actuaciones de artistas como los Charchaleros o Los Jaivas. Es más, tenía hasta una orquesta, pero no cualquier orquesta, sino que una docta, al menos desde la temporada '95.
Esa es la televisión con la que muchos crecimos. Y la que todos pedimos que vuelva, para que salga de la crisis en la que está.
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"El tiempo es oro" empezó como un programa sencillo en el verano de 1994, complementando la temporada baja. Era un ciclo que tenía las 3B: Bueno, bonito y barato. Bueno, porque era un programa de concursos familiar, para toda la familia, que además tenía humor e incluso invitados internacionales y nacionales; bonito porque no subestimaba al televidente ni al participante, al contrario, premiaba la inteligencia de estos; y barato porque costaba la nada misma y era sencillo, se hacía televisión de primera línea con cosas simples.
El programa era conducido por dos elegantes animadores: Por un lado, el toque de elegancia femenina lo ponía Susana Rocatagliatta, que antes de animar ese ciclo estaba en "Almorzando en el 13" y condujo la temporada 1992 de "Teleduc" (a todo esto, hay que leer su libro "Un hijo no debe morir", imprescindible y además comparte una pena que varios en mi familia tienen); y por otro lado estaba el actor Roberto Poblete, actual parlamentario por el Partido Socialista. Y por supuesto, la voz en off del locutor de Radio Romantica, Manuel Enrique Thompson, llamado por los conductores como "Mr. Thompson" (y así también lo llamaba Rafael Araneda tanto en los programas de baile de TVN como en "La fiesta de Chile" de Chilevisión).
Como decía, el ciclo era todo lo que hoy hace el área cultural de la televisora mixta: Educar y al mismo tiempo entretener. No era tan dificil. Y además tenía éxito, la audiencia siempre lo premiaba con su preferencia.
En RecTV he podido ver las primeras temporadas y era un conventillo de sabiduría y conocimiento: Notas narradas por el mismo Thompson que introducían los cuestionarios, el "teatro" en donde Natalia Cuevas y Rodolfo Bravo -si no me equivoco- personificaban varias películas que los participantes tenían que adivinar, el concurso de problemas mentales de matemáticas y relacionamiento de conceptos. Y todo era, además, amenizado por las telechacharas de Jorge Romero "Firulete" y actuaciones de artistas como los Charchaleros o Los Jaivas. Es más, tenía hasta una orquesta, pero no cualquier orquesta, sino que una docta, al menos desde la temporada '95.
Esa es la televisión con la que muchos crecimos. Y la que todos pedimos que vuelva, para que salga de la crisis en la que está.
