...es que los rockeros y nosotros los poperos al fin estamos en concordancia en algo: En que a este festival le falta ser más masivo sin perder lo popular.
Porque se puede mezclar a Emmanuel con Maroon 5, a Nano Stern con Bruno, y a Katy Perry con algún cantante nacional que esté "bombando" como dirían los brasileños. Pero una lástima que la organización no conozca al grupo de Adam Levine ni al hombre que nos hace bailar con "Uptown Funk" porque habitualmente creen que nosotros somos muy imbeciles como para disfrutar de artistas renombrados en la tele. Y no es así.
Y pongo como ejemplo no solo a Rock in Rio -que nuevamente dicta cátedra de cómo ser un festival masivo, popular y que abarque la mayor cantidad de estilos posibles, junto con el prestigio que rodea al show carioca- sino que a Sanremo. Podrá no tirar estrellas como lo era en su época de gloria, pero tuvieron a Ed Sheeran, un artista del momento. ¿Y nosotros? Nada. Ni Cat Stevens, o Yusuf Islam, me genera algo pese a toda la trayectoria que tiene.
Lo principal es que todos tengamos derecho a disfrutar del mismo evento y la misma calidad. Y no solo la Tia Coty, ni los familiares de la momia recalcitrante, sino que absolutamente todos. Por eso, imploro para que "The Voice Chile" sea una riqueza máxima que le pueda ganar al trio terrorífico de Mega y haga que TVN tenga ganas de resucitar "Factor X Chile" con la producción que siempre mereció -en UK hicieron debutar en su tele a Fifth Harmony, acá con suerte tuvimos a Mocedades y Marcos Llunas, la madre de todos los cueks-.
Y por cierto, este año no comentaré de Viña. Y no solamente porque no me guste sino porque actualmente me encuentro feliz de la vida haciendo la práctica de programador en el Colegio Andrés Bello de Chiguayante. Una experiencia que yo considero valiosa y que hasta el momento me deja satisfecho personalmente hablando.
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Porque se puede mezclar a Emmanuel con Maroon 5, a Nano Stern con Bruno, y a Katy Perry con algún cantante nacional que esté "bombando" como dirían los brasileños. Pero una lástima que la organización no conozca al grupo de Adam Levine ni al hombre que nos hace bailar con "Uptown Funk" porque habitualmente creen que nosotros somos muy imbeciles como para disfrutar de artistas renombrados en la tele. Y no es así.
Y pongo como ejemplo no solo a Rock in Rio -que nuevamente dicta cátedra de cómo ser un festival masivo, popular y que abarque la mayor cantidad de estilos posibles, junto con el prestigio que rodea al show carioca- sino que a Sanremo. Podrá no tirar estrellas como lo era en su época de gloria, pero tuvieron a Ed Sheeran, un artista del momento. ¿Y nosotros? Nada. Ni Cat Stevens, o Yusuf Islam, me genera algo pese a toda la trayectoria que tiene.
Lo principal es que todos tengamos derecho a disfrutar del mismo evento y la misma calidad. Y no solo la Tia Coty, ni los familiares de la momia recalcitrante, sino que absolutamente todos. Por eso, imploro para que "The Voice Chile" sea una riqueza máxima que le pueda ganar al trio terrorífico de Mega y haga que TVN tenga ganas de resucitar "Factor X Chile" con la producción que siempre mereció -en UK hicieron debutar en su tele a Fifth Harmony, acá con suerte tuvimos a Mocedades y Marcos Llunas, la madre de todos los cueks-.
Y por cierto, este año no comentaré de Viña. Y no solamente porque no me guste sino porque actualmente me encuentro feliz de la vida haciendo la práctica de programador en el Colegio Andrés Bello de Chiguayante. Una experiencia que yo considero valiosa y que hasta el momento me deja satisfecho personalmente hablando.