Es un hecho: Ya no afecta solo a un canal. Es a nivel industria.
TVN, Canal 13, Chilevisión y ahora La Red están en una etapa de vacas flacas. Que ni se diga de Telecanal que se llenó de enlatados, nada nacional y sacrificaron su programación infantil para rellenar con Antena 3 Directo y sus cachivaches que pasan al ático en menos de dos semanas.
Al canal público le pesó el mal final de "Vuelve temprano", sumado a pésimas decisiones de estructura y una programación penosa. Un "Buenos días a todos" sin mistica y donde la alegría pasó a segundo plano, teleseries con una horrible propuesta, un sábado pobre y sin contenido alguno, la transmisión de eventos que se cancelan luego de una transmisión -lo seguiré recordando hasta que Michael Muller reconsidere el tremendo error de haber cortado el basquet-, un noticiero que sigue apostando por notas insufribles y sin contenido periodístico alguno. Consecuencia: Ni los mejores programas del canal tienen buena audiencia. Y además, su actitud nazi con YouTube, la cual hoy no puedo encontrar la rutina de Caroe en Olmué por ningún lado, ni siquiera en su sitio oficial.
A la televisora mixta, en tanto, que tiene todos los elementos y los profesionales más talentosos para cambiar el paradigma, sigue errático: "El Sultán" dejó la producción nacional a segundo plano, solo habrá una novela hecha acá, la programación que vive cambiándose, ejecutivos como Bofill que ofrecen una pantalla tan fria como la Antártica. Lo único que salva es Yerko.
Chilevisión cuya consecuencia de una televisión mierder se está viendo. Si, ok, SQP volvió a liderar y reconozco que se volvieron menos agresivos, pero no dejan de ser un programa farandulito por eso. Tendrán el segundo lugar en la general, pero también acumulan pérdidas por 10 millones de pesos.
Y ahorita se suma La Red, que sacrificó toda su tarde y volvió a las novelas repetidas y telefilmes baratos. Javier Urrutia ya dijo que "se vienen decisiones dolorosas para sobrevivir como canal".
"Si juntamos esos pocos es harto" como dijo Kramer, y todo es consecuencia de algo que se veía en años: Una fuga de televidentes. Hoy Netflix y el cable que, en los tiempos que vive la TV dejó de ser un lujo y pasó a calidad de "necesidad" junto con internet, tienen más predominancia que una televisión abierta que hace rato no progresa, no avanza, no tiene mística ni intenciones de mejorar ni de ofrecer algo novedoso. ¿Tanto le temen a lo nuevo? ¿Tanto le temen a la audiencia joven?
¿Pero quienes son los responsables de este callejón aparentemente sin salida que existe actualmente?
1) La farándula chilena
Desde que los vagos sin oficio ni beneficio tuvieron cabida en nuestra pantalla que la TV chilena se llenó de pobredumbre, bazofia y chatarra digna del McDonalds. Las Adrianas, Vales Roths, Frans Undurragas, Lulis y gente sin talento llenaron una tele de polémicas, tongos guionizados e incluso financiados por los propios canales, productores perversos como Carlos Valencia e Ignacio Corvalán y crearon un modelo que fue exitoso en su momento, pero que en la actualidad genera pérdidas hasta al canal que lo fundó. El "apaga la tele" se escuchó y no solo la apagaron, sino que a la vez el ya citado Netflix y los servicios por streaming crecieron, el cable subió su cartera de clientes y se disparó el negocio de los eventos.
Lo peor es que la farándula ha creado un muro obstaculizador de la calidad: No hay artistas buenos, no hay gente digna, no hay cantantes del momento. Todo barato, todo Poloni, todo Jabón Primeros. Lo mismo que ya hace rato cansó.
2) El pragmatismo de los ejecutivos
Aquí si juntamos los Bofill, López, De Aguirre, Hernández -que hasta él mismo reconoció que el año pasado fue negro para la TV- y Urrutia tenemos propuestas llevadas a sus ideas, o mundos paralelos donde creen que lo están haciendo la raja aunque el equipo juegue mal. De la crisis no se sale buscando hacer lo mismo de siempre.
3) El abandono al público juvenil
En vez de conquistarnos con productos novedosos se decidió dejarnos de lado. No hay nada para nosotros. En consecuencia tenemos festivales con artistas sub 40 -hola Viña-, maratón de teleseries, programas que siguen apelando a la farándula, ausencia de artistas del momento, mal trato a las series locales -que "Principes de barrio" tenga menos prioridad que "El Sultán" ya habla mucho de Bofill-. Hoy se sufre esos embates y señales como Disney Channel son los lideres del cable, junto con propuestas para ver lo que nos gusta cuando queremos y donde queremos.
Es más, hace dos años los canales querían hacer un "Netflix chileno". ¿Con pura farándula? No, grachi.
Sepan además que la mayoría de la gente que ve TV gringa son jóvenes, porque los ejecutivos de la TV de ese país no deja de lado a ellos. Lo mismo una TV alemana que sigue siendo riqueza, y por supuesto, mis canales brasileños.
4) Un rating viciado
En tiempos en que las señales online de los canales crecen, TimeIbope sigue midiendose como si estuviesemos en el siglo pasado. ¿Cómo es posible que "Sila" llegue a 30 puntos o que "Mucho gusto" llegue a 10 puntos aún siendo un cuarto para las diez?
Con todos estos elementos que incluso criticó la actriz Catalina Saavedra... ¿Le ven alguna salida a la TV?
Por eso insisto en que los televidentes tenemos que hacer una revolución. Tener dignidad, la valentía de decirle a los canales qué es lo que queremos ver y qué contenidos necesitamos. Porque sino, sigamos devorándo lo mismo de siempre y dejemos que la TV chilena siga al abismo al no tener sintonía con una población más empoderada.
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TVN, Canal 13, Chilevisión y ahora La Red están en una etapa de vacas flacas. Que ni se diga de Telecanal que se llenó de enlatados, nada nacional y sacrificaron su programación infantil para rellenar con Antena 3 Directo y sus cachivaches que pasan al ático en menos de dos semanas.
Al canal público le pesó el mal final de "Vuelve temprano", sumado a pésimas decisiones de estructura y una programación penosa. Un "Buenos días a todos" sin mistica y donde la alegría pasó a segundo plano, teleseries con una horrible propuesta, un sábado pobre y sin contenido alguno, la transmisión de eventos que se cancelan luego de una transmisión -lo seguiré recordando hasta que Michael Muller reconsidere el tremendo error de haber cortado el basquet-, un noticiero que sigue apostando por notas insufribles y sin contenido periodístico alguno. Consecuencia: Ni los mejores programas del canal tienen buena audiencia. Y además, su actitud nazi con YouTube, la cual hoy no puedo encontrar la rutina de Caroe en Olmué por ningún lado, ni siquiera en su sitio oficial.
A la televisora mixta, en tanto, que tiene todos los elementos y los profesionales más talentosos para cambiar el paradigma, sigue errático: "El Sultán" dejó la producción nacional a segundo plano, solo habrá una novela hecha acá, la programación que vive cambiándose, ejecutivos como Bofill que ofrecen una pantalla tan fria como la Antártica. Lo único que salva es Yerko.
Chilevisión cuya consecuencia de una televisión mierder se está viendo. Si, ok, SQP volvió a liderar y reconozco que se volvieron menos agresivos, pero no dejan de ser un programa farandulito por eso. Tendrán el segundo lugar en la general, pero también acumulan pérdidas por 10 millones de pesos.
Y ahorita se suma La Red, que sacrificó toda su tarde y volvió a las novelas repetidas y telefilmes baratos. Javier Urrutia ya dijo que "se vienen decisiones dolorosas para sobrevivir como canal".
"Si juntamos esos pocos es harto" como dijo Kramer, y todo es consecuencia de algo que se veía en años: Una fuga de televidentes. Hoy Netflix y el cable que, en los tiempos que vive la TV dejó de ser un lujo y pasó a calidad de "necesidad" junto con internet, tienen más predominancia que una televisión abierta que hace rato no progresa, no avanza, no tiene mística ni intenciones de mejorar ni de ofrecer algo novedoso. ¿Tanto le temen a lo nuevo? ¿Tanto le temen a la audiencia joven?
¿Pero quienes son los responsables de este callejón aparentemente sin salida que existe actualmente?
1) La farándula chilena
Desde que los vagos sin oficio ni beneficio tuvieron cabida en nuestra pantalla que la TV chilena se llenó de pobredumbre, bazofia y chatarra digna del McDonalds. Las Adrianas, Vales Roths, Frans Undurragas, Lulis y gente sin talento llenaron una tele de polémicas, tongos guionizados e incluso financiados por los propios canales, productores perversos como Carlos Valencia e Ignacio Corvalán y crearon un modelo que fue exitoso en su momento, pero que en la actualidad genera pérdidas hasta al canal que lo fundó. El "apaga la tele" se escuchó y no solo la apagaron, sino que a la vez el ya citado Netflix y los servicios por streaming crecieron, el cable subió su cartera de clientes y se disparó el negocio de los eventos.
Lo peor es que la farándula ha creado un muro obstaculizador de la calidad: No hay artistas buenos, no hay gente digna, no hay cantantes del momento. Todo barato, todo Poloni, todo Jabón Primeros. Lo mismo que ya hace rato cansó.
2) El pragmatismo de los ejecutivos
Aquí si juntamos los Bofill, López, De Aguirre, Hernández -que hasta él mismo reconoció que el año pasado fue negro para la TV- y Urrutia tenemos propuestas llevadas a sus ideas, o mundos paralelos donde creen que lo están haciendo la raja aunque el equipo juegue mal. De la crisis no se sale buscando hacer lo mismo de siempre.
3) El abandono al público juvenil
En vez de conquistarnos con productos novedosos se decidió dejarnos de lado. No hay nada para nosotros. En consecuencia tenemos festivales con artistas sub 40 -hola Viña-, maratón de teleseries, programas que siguen apelando a la farándula, ausencia de artistas del momento, mal trato a las series locales -que "Principes de barrio" tenga menos prioridad que "El Sultán" ya habla mucho de Bofill-. Hoy se sufre esos embates y señales como Disney Channel son los lideres del cable, junto con propuestas para ver lo que nos gusta cuando queremos y donde queremos.
Es más, hace dos años los canales querían hacer un "Netflix chileno". ¿Con pura farándula? No, grachi.
Sepan además que la mayoría de la gente que ve TV gringa son jóvenes, porque los ejecutivos de la TV de ese país no deja de lado a ellos. Lo mismo una TV alemana que sigue siendo riqueza, y por supuesto, mis canales brasileños.
4) Un rating viciado
En tiempos en que las señales online de los canales crecen, TimeIbope sigue midiendose como si estuviesemos en el siglo pasado. ¿Cómo es posible que "Sila" llegue a 30 puntos o que "Mucho gusto" llegue a 10 puntos aún siendo un cuarto para las diez?
Con todos estos elementos que incluso criticó la actriz Catalina Saavedra... ¿Le ven alguna salida a la TV?
Por eso insisto en que los televidentes tenemos que hacer una revolución. Tener dignidad, la valentía de decirle a los canales qué es lo que queremos ver y qué contenidos necesitamos. Porque sino, sigamos devorándo lo mismo de siempre y dejemos que la TV chilena siga al abismo al no tener sintonía con una población más empoderada.