Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

03 junio 2015

Televisión, fútbol y política: O como se confunde negocio con corrupción

Erase una vez un país austral, casi al fin del mundo, el cual era un desierto mediático: No tenía eventos de renombre, ni premiaciones, ni estelares de lujo, ni instancias para que cantantes y actores muestren su arte. Un país donde la farándula actuaba como dictadura, qué digo dictadura, como la mafia misma. Un territorio adinerado, con unos aceptables índices per-cápita pero, como decia el eslogan de la novela, "no hacen la felicidad".

Ese país con una tele mediocre tenía sus cómplices: Un partido mediocre, nacido por y para la dictadura, que se encargó de dar financiamiento cultural y moral, en lo humano y lo divino, a esa mafia. Esa "fuerza creadora" que se sustentaba con los aportes reservados, y muchas veces bajo modalidades poco éticas, de empresas privatizadas por la dictadura y que en plena democracia fueron aliados del poderío aquel.

Ese país tenía una selección de fútbol sin ningún título, pero que siempre tenía ganas de desvirgarse como sea, pero que siempre actuaban para que la perjudicaran. Y además tenía una liga privatizada, cuya transmisión depende de un inescrupuloso canal nacido en una dirigencia mediocre y que alberga a infumables comentaristas como Pablo Flamm, Mario Mauriziano, Caco Villalta y Romai Ugarte; y que además dependía de una productora de otro infumable como Cristian Varela.

Esto amigos quizá para ustedes no tiene ninguna relación, pero en realidad encaja: Son el fiel reflejo de cómo se confunde negocio con corrupción. Eramos un país tan poco vivo que no nos dimos cuenta, o simplemente no quisimos darnos cuenta, y lo escondíamos bajo las faranduleras y desteñidas alfombras rojas pisadas por las Boquitas, las Chavez y las Barrientos.

Y digo éramos porque ya no lo somos. Tanto escondimos lo que pasaba que de esa alfombra se acumuló tanto que ya no se pudo ocultar. Nos atropellaron, nos vieron como un montón de bolsillos y nos cagaron tanto que ahora identificamos cuando nos quieren meter el guañaño en el ojo. Sea quien sea el responsable.

Este año se recordará como el año en que cayeron los grandes corruptos: La FIFA, la Conmebol, la ANFP, la UDI, la DC, los PPD, las empresas privatizadas por la dictadura, la farándula que cada vez tiene menos y menos audiencia.

Ya se comprobó con pruebas en la mano que los corruptos lo eran. ¿Ahora quién destapará a los faranduleros? ¿Sabremos algún día lo que se escondía tras esas falsas expectativas de fama? ¿Conoceremos las asociaciones ilícitas, amiguismos, nepotismos, campañas de derribo y sobornos que rodean a cada empleado del farandulismo? Ojalá, que alguien se atreva.

DECLARACIÓN PÚBLICA: COMO TELEVIDENTES PEDIMOS Y EXIGIMOS RESPETOA nosotros como equipo, tanto como a ustedes que nos...

Posted by La tele según Caamaño on martes, 19 de enero de 2016