Porque era todo un cúmulo de teleseries en uno: Era comedia, drama y thriller al mismo tiempo. Además de que todos los que la seguimos estabamos intrigados en la búsqueda de los treinta y tres nietos de Gary y Diana, junto a las historias paralelas de las que sobresalían los Bravo, con la "Mami Mami", las desventuras del Edu -personaje con el cual, sin duda, me siento plenamente identificado- y lo que sucedió con Sandra.
Pero una lata que la gente haya preferido la comedia de Mega, que a mi parecer, era más de lo mismo. Y además una lata que la prensa se le haya ido encima y el público no le haya dado una miserable oportunidad.
Piénselo muy bien: En los 141 capítulos que "Matriarcas" ha ofrecido desde el 18 de mayo hasta el día de hoy ha ocurrido de todo. En cambio en "Papá a la deriva" han pasado como 100 capítulos y... ¡Todavía no zarpan! Además que en ella no hay conflictos ni cosas que sean determinantes en los argumentos de Quena Rencoret, Daniella Castagno y todo el equipo de "Vuelve temprano" que también migró al canal del Grupo Bethia.
Pero es muy fácil echarle la culpa solamente a Mega, es el chivo expiatorio de todos los problemas de la tele de hoy. Sin embargo, si bien tienen algo de razón, no me quedaría solamente en eso.
Me quedaría también en las miles de personas que veían "Matriarcas" a través de la señal online de TVN, que ni siquiera es tomada en cuenta por KantarIbope, además de las opiniones, a favor o en contra, que tenía esta novela muy a la brasilera, muy a lo Projac. ¿Eso también lo miden? No pue.
También me quedaría en las penosas decisiones programáticas del entonces director de programación (valga la redundancia) Nicolás Acuña: Estrenarla en medio de la última semana de la ultraexitosa "Pituca sin lucas" -que por mucho que haya alcanzado buena sintonía, no era más que otro reciclaje de "Amores de mercado" con la típica historia del pobre que se enamora de la millonaria en desgracia, si eso es innovación entonces yo soy Wilmer Valderrama- con las consecuencias ya conocidas por todos.
Por suerte "Matriarcas" se mantuvo a las 20:00 horas en señal de respeto a las mismas personas que la ven y comentan en redes sociales, de preferencia jóvenes, las cuales hicieron la historia como suya. Más allá del chaqueteo de la prensa y los Megalovers, a mi parecer, los Swifties del fandom televisivo chileno. Y con eso quiero decir que son igual de imbancables, todos, sobre todo los que aparecen solo cuando el matinal marca 1 punto.
Si esta telenovela hubiese tenido éxito, sin duda la crisis se habría dado por terminada y no habrían despidos, como los que suceden hoy en día, que llegan incluso a las redes regionales del canal estatal, que cobraron la victima de las ediciones de la tarde de los noticieros locales, lo cual atenta contra su misión de integrar y conectar a todas las provincias de nuestro país. Y los ejecutivos son los más indolentes, partiendo por Ricardo Solari, que no se qué carajo hace dirigiendo los destinos de un canal si con suerte sabe encender un televisor y cambiar los canales, porque de sintonía con las audiencias, nada.
La historia y el tiempo nos darán la razón a todos los que vimos "Matriarcas" y su lugar la pondrá en el mismo sitial donde están "Tic Tac", "Primera dama", "Secretos en el jardín" y "Fuera de control", otras excelentes producciones que también vivieron la ingratitud de las audiencias, o mejor dicho, de las 600 casas que aún no se actualizan en nada, porque si lo hacen, perjudicarán a los que más maman la teta de KantarIbope, o sea, el grupo Bethia.
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