Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

25 abril 2016

La editorial de los lunes: Distribución de las lucas, un problema de la política y de la tele

Paradoja o no, los problemas de la televisionchilena (¿es necesario volver a recordarles por qué decidí ponerlo todo junto?) son los mismos de la política actual: La distribución de la riqueza.

Para empezar, la política la dirigen corruptos que traicionan sus propios ideales para facturar dinero de la forma más ilícita y poco ética posible. La han usado para enriquecerse y acordarse solamente de sus electores solo en tiempos de elecciones, para luego tomar decisiones entre cuatro paredes. Del mismo modo que lo hacen los ejecutivos de la cajita infeliz como Patricio Hernández, Ignacio Corvalán, Eugenio García y Cristián Bofill.

Por otro lado, el problema principal de la política, y por qué no decirlo del país, también abarca a la televisión: Plata que debería servir para el bien común y para satisfacer las necesidades de los chilenos, se utiliza para financiar a políticos y para hacer al rico más rico y al pobre más pobre. Como los casos Penta o Soquimich, la farándula es el poder fáctico que se enriquece usando plata que debería caer en otras personas y proyectos, quedando estos a la deriva o teniendo que mendigar de la Corfo o del CNTV, de la misma forma en que otros organismos como el Conicyt o recientemente el Sename quedan en precarias condiciones.

¿Qué tenemos como resultado? Lo mismo que en la política: Una tele sin mística, sin talento, con años de innovaciones absolutamente desperdiciadas, donde se le da la espalda al pueblo y se lo tortura y amedrenta con programas que no van con el Chile de hoy y que son un retroceso absoluto de todos los avances sociales que se han hecho en nuestro país. "Volverías con tu ex", por ejemplo, debería ser sacado del aire por acumulación de denuncias en el CNTV y además a sus realizadores como sus participantes se les debería demandar por Ley Zamudio, sin embargo, todos sabemos que el organismo liderado por Óscar Reyes volvió a ser el manito de guagua que era en los tiempos de Herman Chadwick y está atado de manos.

Y no me vengan con que son los gustos de la gente y tengo que ser tolerante, pero cuando se trata de programas que se usan solo con el fin de ganar plata y aprovechandose de lo viciado del actual sistema de medición de audiencias, no hay que tener tolerancia.

La pantalla chica vive tiempos oscuros y tragicómicos, precisamente porque las decisiones que toman nos hacen reir... para no llorar. Al menos habemos críticos no remunerados que decimos las cosas como son, pero hay gente que nos odia por lo mismo. Es aquí donde entra el sentido común y el raciocinio de los que no nos sentimos identificados por ningún canal, de quienes no creemos que esto es una "batalla perdida" sino que una oportunidad de lujo de cambiar el curso de la historia. Nosotros luchamos precisamente para que importe, hemos recibido más propuestas y gente con ganas tremendas de aportar a la noble misión de volver a prestigiar la televisión chilena, algo que es sumamente dificil, pero no imposible.

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