No hay que ser un especialista en televisión para comprender los mil y un problemas por los que pasa en la actualidad Canal 13 desde que fue comprado en parte por los Luksic, que si bien les trajo éxitos -son primer lugar en sintonía- también les ha traido un tremendo desprestigio -que les hablé a principios de este año- y problemas editoriales.
Es cosa de ver a la principal víctima de estos problemas: "Contacto". Vuelven denunciando las vendidas de pomada que nos suministra Jumbo y Danone y estas los demandan por "falta de rigurosidad periodistica". ¡Por favor! Este programa le ha hecho muchas veces la pega a una ineficiente justicia chilena. Para qué decir del reportaje de los aceites en cadenas de comida rapida, que todo indicó que fue editado. Y no olvidemos a Diana Bolocco que defendió a brazo partido a Activia en vez de a los colegas de su propio canal. Como decían los Heroes del Silencio, estuvo "Entre dos tierras".
En consecuencia, la temporada actual del ciclo de reportajes se acortó a solo 9 capitulos. Y con Bofil a cargo del área de prensa de la televisora la cosa se vuelve color de hormiga. Lo peor que puede hacer el 13 es sacar el programa del aire, porque así se perdería uno de los baluartes indiscutidos del periodismo, una de las pocas ventanas que tenemos a nuestra realidad país, cuna de proceres del periodismo y de reportajes que incluso fueron nominados a Premios Emmy Internacionales.
Estas son cosas que pasan cuando grupos económicos grandilocuentes ajenos a las comunicaciones como Grupo Luksic se adueñan de las libertades editoriales de una cadena, causando problemas como estos.
Entonces vea si no tengo razón. No quiero volverme antisistema ni nada pero Canal 13 está igual que el Gobierno de Chile en la actualidad: Preocupado más de los logros económicos y de audiencia que de los logros sociales que puede lograr la TV de verdadera calidad, que esta última puede ser una ventana a los problemas reales de los chilenos de la misma manera que puede tratar de hacernos olvidar por un momento de esos problemas con programas sanos y que pueden gozar de prestigio y de la aprobación. Y como yo no confio mucho en las casas auditadas por Time Ibope...
Honestamente prefiero que el canal que por mucho tiempo fue una marca potente en la industria tevita chilensis tenga otros dueños. No pido tampoco que vuelva a ser en la mayoría de la UC, porque así la censura sería peor -y sería una censura moral-. Pero solo queremos que el canal más importante de todos los chilenos vuelva a su razón: Restituya el apoyo a las productoras independientes -como olvidar al productor de "Voy y vuelvo" quejandose por la falta de respaldo al programa de su propio canal-, al cine chileno, a la música nacional -de descubrir a Denise Rosenthal a descubrir a Perla Ilich-, a los eventos de alta alcurnia, a los invitados de renombre, a las series taquilla -que son otras victimas de la falta de equilibrio programático en la TV chilena en general-, a la real independencia informativa que sacó a relucir en los 90s, y por sobre todo, que vuelva ese Canal 13 con el que crecí: Ese que daba orgullo ver y que dejaba bien en alto el nombre de nuestro país.
Por eso, creo que este país necesita una ley de medios urgente, que no permita que grupos económicos grandes ajenos a la televisión tengan medios de comunicación y formen imperios tipo Televisa. ¿Por qué? Porque se ponen a contrapeso libertades editoriales con intereses de esos grupos. Y eso no es bueno para una sociedad que despierta, que no deja que le metan el dedo en la boca, y que pide a gritos una TV de mejor calidad, independiente de cuanto marquen en TimeIbope.
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Es cosa de ver a la principal víctima de estos problemas: "Contacto". Vuelven denunciando las vendidas de pomada que nos suministra Jumbo y Danone y estas los demandan por "falta de rigurosidad periodistica". ¡Por favor! Este programa le ha hecho muchas veces la pega a una ineficiente justicia chilena. Para qué decir del reportaje de los aceites en cadenas de comida rapida, que todo indicó que fue editado. Y no olvidemos a Diana Bolocco que defendió a brazo partido a Activia en vez de a los colegas de su propio canal. Como decían los Heroes del Silencio, estuvo "Entre dos tierras".
En consecuencia, la temporada actual del ciclo de reportajes se acortó a solo 9 capitulos. Y con Bofil a cargo del área de prensa de la televisora la cosa se vuelve color de hormiga. Lo peor que puede hacer el 13 es sacar el programa del aire, porque así se perdería uno de los baluartes indiscutidos del periodismo, una de las pocas ventanas que tenemos a nuestra realidad país, cuna de proceres del periodismo y de reportajes que incluso fueron nominados a Premios Emmy Internacionales.
Estas son cosas que pasan cuando grupos económicos grandilocuentes ajenos a las comunicaciones como Grupo Luksic se adueñan de las libertades editoriales de una cadena, causando problemas como estos.
Entonces vea si no tengo razón. No quiero volverme antisistema ni nada pero Canal 13 está igual que el Gobierno de Chile en la actualidad: Preocupado más de los logros económicos y de audiencia que de los logros sociales que puede lograr la TV de verdadera calidad, que esta última puede ser una ventana a los problemas reales de los chilenos de la misma manera que puede tratar de hacernos olvidar por un momento de esos problemas con programas sanos y que pueden gozar de prestigio y de la aprobación. Y como yo no confio mucho en las casas auditadas por Time Ibope...
Honestamente prefiero que el canal que por mucho tiempo fue una marca potente en la industria tevita chilensis tenga otros dueños. No pido tampoco que vuelva a ser en la mayoría de la UC, porque así la censura sería peor -y sería una censura moral-. Pero solo queremos que el canal más importante de todos los chilenos vuelva a su razón: Restituya el apoyo a las productoras independientes -como olvidar al productor de "Voy y vuelvo" quejandose por la falta de respaldo al programa de su propio canal-, al cine chileno, a la música nacional -de descubrir a Denise Rosenthal a descubrir a Perla Ilich-, a los eventos de alta alcurnia, a los invitados de renombre, a las series taquilla -que son otras victimas de la falta de equilibrio programático en la TV chilena en general-, a la real independencia informativa que sacó a relucir en los 90s, y por sobre todo, que vuelva ese Canal 13 con el que crecí: Ese que daba orgullo ver y que dejaba bien en alto el nombre de nuestro país.
Por eso, creo que este país necesita una ley de medios urgente, que no permita que grupos económicos grandes ajenos a la televisión tengan medios de comunicación y formen imperios tipo Televisa. ¿Por qué? Porque se ponen a contrapeso libertades editoriales con intereses de esos grupos. Y eso no es bueno para una sociedad que despierta, que no deja que le metan el dedo en la boca, y que pide a gritos una TV de mejor calidad, independiente de cuanto marquen en TimeIbope.