Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

01 febrero 2016

La editorial de los lunes: Más voces se suman para pedir renovación de audiencias

Me alegra tener que decirles, queridos lectores, que el debate que generamos en parte nosotros y la pandilla de la buena tele, se profundizó y a ella arribaron los principales protagonistas: Los actores de los canales afectados.

Porque está claro que el rating se quedó bastante atras y eso trae como resultado una TV poco cualitativa, poco diversa y a la cual nadie cuerdo perdería su tiempo viéndola... a no ser que seas Megalover porque quieres subirte al carro de la victoria sin tener prostituta idea sobre calidad. Eso me recuerda a aquellos que se hacen hinchas de un equipo solamente cuando le va bien y cuando caen en crisis lo abandonan.

¿Y sabe gracias a qué todos estamos hablando de cómo debería ser un sistema ideal? A "Puro Chile", si, al programa que a partir de esta semana irá los viernes en primera franja, aprovechando que El Muro irá de vacaciones. Me alegra que TVN optara por potenciar un buen espacio que es necesario y valioso para la televisión pública, en vez de confinarlo a un horario inmirable. Y me alegra que sus realizadores no optaran por echarle la culpa al empedrado sino que a cuestionar cómo se viene midiendo la audiencia hoy por hoy.

Antes que diga cualquier cosa, esto no se trata de abanderarse por ningún canal ni tampoco picarse porque no gana un programa favorito. Es algo que se viene diciendo desde, más o menos, tres años, y que si se hubiese actuado a tiempo, no tendríamos la tele monótona de hoy.

Hablemos de lo que dijo, por ejemplo, Luciana Echeverría, actriz de "La Poseída", una teleserie maltratada por el People Meter y el populismo de algunas gentes. Ponga atención a alguna de sus declaraciones:

"Siento que el público se merece tener producciones de calidad. Es una lástima que se esté midiendo el rating por 700 casas que no es Chile. O sea, es ridículo pensar que eso es Chile, de partida… Lo ha demostrado Twitter, las redes sociales, que están hablando mucho más de lo que dice el país. Creo que ahí deberían poner ojo los grandes comerciantes, productores, en esa forma de medición porque creo que empezar a hacer cosas de calidad solamente por el rating es un poco caer bajo. Lo sigo diciendo, creo que está bien, también hay para todo. No soy una socialista en cuanto a cómo funciona la televisión, pero si llevo diez años trabajando y me gustaría hacer cosas de calidad y darle un respeto al público, porque se lo merecen, si uno trabaja para ellos".

O también lo que dijo Francisco Pérez Bannen, el "20añero a los 40", sobre este tema, y en el que fue más aún en el fondo que la hermosa mujer que dio vida a Carmen Marin:

"A mi sorprende mucho lo que pasa en la calle, ver los comentarios de la gente, y claro pareciera no condecirse con lo que pasa con el rating. El rating es algo muy curioso, por decirlo menos. Yo cada vez sospecho más eso, y creo que tenemos todo el derecho de sospechar de una herramienta monopólica que no tiene fiscalización y que está añeja como instrumento de medición. Creo que las redes hoy en día son una herramienta mucho más eficiente y directa para ver cómo están las cosas, pero bueno, los canales están atrapados con ese mecanismo y lo siguen pescando. Sigo pensando que el rating hoy en día le hace más daño a la televisión que beneficio, sobre todo porque también hay otro tipo de programas que son súper valorados y por no tener rating salen de la programación, a veces son programas culturales u con otros contenidos que ya no están teniendo espacio. Hay una tiranía del rating que, a mi modo de ver, es muy nefasta que nos tiene pegados en una televisión que nivela para abajo, más que subir el nivel. Sin duda hay que revisar eso, es muy raro. Ahora, por otro lado esto siempre ha sido así, todos los canales se han llevado por un par de años la sintonía, se la ha llevado TVN, Cana 13, se la ha llevado CHV y ahora se la lleva Mega, después será otro. Son ciclos de inversión, donde los canales meten plata, levantan sus productos, se quedan con el rating hasta que llega otro canal que invierte de nuevo".

Tanto Luciana como Francisco están de acuerdo en que aquí la culpa no es del chancho sino de quién le da el afrecho. Si los propios rostros de un canal saben que acá hay gato encerrado, ¿por qué los ejecutivos lo siguen tomando como voz válida para medir una realidad que podría ser falsa? Habría que investigar más a fondo, y no solo eso, proponer salidas a la obsolescencia como lo hizo Mathias Hartmann de GfK, cuyo arribo en nuestro país hoy parece ser francamente necesario.

El columnista Rodrigo Vergara, a mi gusto, uno de los pocos cuerdos que hay en Fotech, también dice lo mismo que venimos diciendo siempre:

"En este escenario, claramente el People Meter representa el consumo televisivo de solamente una fracción del universo de televidentes. El problema no es que mida mal o esté amañado (hasta donde se sabe), sino es que se le sigue atribuyendo al rating una representatividad que antes tenía, pero ahora ya no. Los ejecutivos consideran que el consumo televisivo de un grupo de televidentes es representativo de todos, y a partir de ello se toman decisiones de avisaje publicitario y de programación. El resultado de ello es una televisión chilena chata, poco innovadora, que apuesta “a la segura”, carente de paciencia y cortoplacista hasta la psicosis".

Puede leer toda la columna acá, en el cual ahonda en aspectos que habría que averigüar con más viveza.

Estamos de acuerdo en que el rating no mide la calidad sino que la concurrencia, pero podemos estarlo en que eso último falla desde hace más de una década. También estamos de acuerdo en que no todos estadísticamente pueden tener acceso al audímetro. Sin embargo, todos concordamos en que 600 hogares en una población que tiene más de 17 millones de habitantes -y lo sabríamos a ciencia cierta si el Censo 2012 fuese excelente- no definen un todo. Ahora, ¿Cómo contraarrestar eso? ¿Qué acciones tomar? ¿Qué medidas podemos aplicar? La respuesta no la tengo yo, aunque para serles franco, me encantaría tenerla y así hacerles el trabajo más fácil a las televisoras.

Un dato no menor es que la cadena FOX dejó de ser medida en el rating y no entregará sus datos de audiencia a excepción de eventos deportivos y musicales. Un golpe a la cátedra que por primera vez da una "network" gringa. ¿Quién seguirá ese camino?

Espero que este debate de pie, sin descalificaciones mutuas por favor, para que se tomen acciones concretas y se revierta una crisis que ya es insostenible por culpa únicamente de nuestros ejecutivos. De lo contrario, se seguirán perdiendo buenos programas, contenidos y propuestas demasiado innovadoras, y por ende, será dificil que la TV cambie para mejor, como lo venimos pidiendo desde hace ya 9 años.

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