Recortar, recortar, recortar, recortar... La televisión chilena, con su manía de abaratamiento de costos, está pareciendose demasiado al nefasto gobierno de Mariano Rajoy en España, por su manía de que la solución está en tener menos estado.
Ignoran que el abaratamiento de costos significa menor diversidad y menos opciones de entretención y de polos programáticos, y por supuesto, para favorecer discrecionalmente o no a Farandulandia, para darle más poder a esa dictadura. Lo más terrible es que la mayor parte de los problemas que hoy tiene nuestra pequeña pantalla se debe al menor gasto, a la menor inversión. Porque no solo está la desaceleración en gran parte de Latinoamérica -que en el caso nuestro, es un problema que viene desde el 2012 y que todo el mundo sabía-, sino que en los medios también ocurre, y su victima más reconocida es la SMU, el Grupo Copesa, que se ha metido de tuto en tuto.
Cuando abaratas costos haces productos de segunda mano, no le das la oportunidad a áreas específicas de ofrecer sus propuestas y tienes menos posibilidades de levantar al canal. Es parte del problema, y también impide que en el futuro hayan mejores opciones para entretenernos como corresponde. Creas una televisión excesivamente débil, incapaz de competir, tirada a lo facilista, bombardeando con lo que vende, creando problemas para la audiencia y su buen gusto, inventando paradigmas y poniendo cosas que solo agrandarán más el problemilla.
¿Por qué creen que no hay programación infantil? Por dos motivos: Porque la plata que se tenía que invertir para traer lo último de lo último en series, se destinó a financiar tongos, y eso los altos ejecutivos de Chilevisión lo saben, y porque en el caso del canal público el nefasto de Mauro Valdés optó por hacer una tele comercial y racionadora hasta el hartazgo. Hoy todas las televisoras tienen series a su haber, pero no las emiten para optar por lo fácil.
¿Por qué creen que no hay estelares renombrados como antes? Es facil echarle la culpa a la masividad de los conciertos y la cacha e' la espá, cuando en países más desarrollados que nosotros como Alemania, Reino Unido, Italia e incluso teles medianamente farandulizadas como España, llevan invitados gigantes a programas tipo "El Hormiguero" o el de Graham Norton. Además, le echan la culpa a que "Chile es un país lejos de todo", bueno, Australia también queda lejos y van casi todos incluso a los matinales. Por suerte Canal 13 está tomando la iniciativa, aunque para eso tengan que hacer ensayos y errores constantes como los famosos tweets falsos de "Estamos invitados" -este programa Caco Montt lo haría perfecto-.
Pero todos los problemas de la televisión de nuestro país tienen un detonante: El abaratamiento de costos en pro de programas nefastos como "SQP". Se pagan 5 millones a Kenita Larrain, 8 palos a Pablo Schilling, y no quieren gastar ni siquiera en el despliegue de la televisión digital, una vez develado el plan de la TDT que hará la Subtel.
Ya basta, olvidemonos de eso. No queremos seguir estancados en lo mismo. La iniciativa se debe tomar. Tantos programas desperdiciados y oportunidades valiosas que se tiraron al tacho de la basura, y tanto espacio nefasto inmune injustamente para darle de comer a la farándula les está pasando la cuenta. No por nada las 5 televisoras más importantes acumulan perdidas de más de 8 mil millones de pesos. Su modelo que impusieron en el 2010 en desmedro de programas de calidad les está pasando la cuenta y pesado, y para revertirlo y recuperar el camino perdido se debe partir desde hoy. No el lunes, ni mañana, ni pasado. Hoy.
¿Entonces, en qué quedamos? Quien no se arriesga no cruza el rio. Dejemos de lado el abaratamiento de costos y el cierre de áreas valiosas. Hagámosle una tapa a Vasco Moulian que no tiene autoridad moral para hablar de televisión como lo hace hoy. Gastemos más. En tiempos de reformas y de soluciones, es necesario. Si le va bien a la televisión chilena con contenidos buenos, a todos nos irá bien y seremos un país admirado y respetado por grandes industrias, y competiremos de igual a igual con gigantes latinoamericanos como México, Argentina y Brasil, el modelo ideal.
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Ignoran que el abaratamiento de costos significa menor diversidad y menos opciones de entretención y de polos programáticos, y por supuesto, para favorecer discrecionalmente o no a Farandulandia, para darle más poder a esa dictadura. Lo más terrible es que la mayor parte de los problemas que hoy tiene nuestra pequeña pantalla se debe al menor gasto, a la menor inversión. Porque no solo está la desaceleración en gran parte de Latinoamérica -que en el caso nuestro, es un problema que viene desde el 2012 y que todo el mundo sabía-, sino que en los medios también ocurre, y su victima más reconocida es la SMU, el Grupo Copesa, que se ha metido de tuto en tuto.
Cuando abaratas costos haces productos de segunda mano, no le das la oportunidad a áreas específicas de ofrecer sus propuestas y tienes menos posibilidades de levantar al canal. Es parte del problema, y también impide que en el futuro hayan mejores opciones para entretenernos como corresponde. Creas una televisión excesivamente débil, incapaz de competir, tirada a lo facilista, bombardeando con lo que vende, creando problemas para la audiencia y su buen gusto, inventando paradigmas y poniendo cosas que solo agrandarán más el problemilla.
¿Por qué creen que no hay programación infantil? Por dos motivos: Porque la plata que se tenía que invertir para traer lo último de lo último en series, se destinó a financiar tongos, y eso los altos ejecutivos de Chilevisión lo saben, y porque en el caso del canal público el nefasto de Mauro Valdés optó por hacer una tele comercial y racionadora hasta el hartazgo. Hoy todas las televisoras tienen series a su haber, pero no las emiten para optar por lo fácil.
¿Por qué creen que no hay estelares renombrados como antes? Es facil echarle la culpa a la masividad de los conciertos y la cacha e' la espá, cuando en países más desarrollados que nosotros como Alemania, Reino Unido, Italia e incluso teles medianamente farandulizadas como España, llevan invitados gigantes a programas tipo "El Hormiguero" o el de Graham Norton. Además, le echan la culpa a que "Chile es un país lejos de todo", bueno, Australia también queda lejos y van casi todos incluso a los matinales. Por suerte Canal 13 está tomando la iniciativa, aunque para eso tengan que hacer ensayos y errores constantes como los famosos tweets falsos de "Estamos invitados" -este programa Caco Montt lo haría perfecto-.
Pero todos los problemas de la televisión de nuestro país tienen un detonante: El abaratamiento de costos en pro de programas nefastos como "SQP". Se pagan 5 millones a Kenita Larrain, 8 palos a Pablo Schilling, y no quieren gastar ni siquiera en el despliegue de la televisión digital, una vez develado el plan de la TDT que hará la Subtel.
Ya basta, olvidemonos de eso. No queremos seguir estancados en lo mismo. La iniciativa se debe tomar. Tantos programas desperdiciados y oportunidades valiosas que se tiraron al tacho de la basura, y tanto espacio nefasto inmune injustamente para darle de comer a la farándula les está pasando la cuenta. No por nada las 5 televisoras más importantes acumulan perdidas de más de 8 mil millones de pesos. Su modelo que impusieron en el 2010 en desmedro de programas de calidad les está pasando la cuenta y pesado, y para revertirlo y recuperar el camino perdido se debe partir desde hoy. No el lunes, ni mañana, ni pasado. Hoy.
¿Entonces, en qué quedamos? Quien no se arriesga no cruza el rio. Dejemos de lado el abaratamiento de costos y el cierre de áreas valiosas. Hagámosle una tapa a Vasco Moulian que no tiene autoridad moral para hablar de televisión como lo hace hoy. Gastemos más. En tiempos de reformas y de soluciones, es necesario. Si le va bien a la televisión chilena con contenidos buenos, a todos nos irá bien y seremos un país admirado y respetado por grandes industrias, y competiremos de igual a igual con gigantes latinoamericanos como México, Argentina y Brasil, el modelo ideal.