Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

04 enero 2016

La editorial de los lunes: La grieta en la televisión peruana

Estamos claros en que la televisión chilena es Guatemala: No hay rating equitativo, no hay cabida para artistas, hay sobrepoblación de novelas extranjeras que mandan al carajo la creatividad local, los noticieros son una inmirabilidad buscarating de 90 minutos con crónica roja que no va en sintonía con la realidad del país -vamos tapando los escándalos de corrupción con el robo a una prima de una tia de una hermana de un vecino- y se burlan de las desgracias de los pobres. Sin embargo, la televisión peruana sin dudas es Guatepeor.

Porque claro, la tele del Rimac acoge lo que acá botamos. Pasó con los programas de farándula, que son muy pero muy colorientos, y pasa ahora con los programas de competencia juvenil tipo "Calle 7". De hecho el programa lider del ramo, "Esto es guerra" de América Televisión, es acusado de plagio descarado por la franquicia de TVN, que tuvo su llegada en Perú pero duró dos semanas por bajo rating.

Y la verdad es que en si estos programas no aportan absolutamente nada más que extender el universo farandulero de la tierra de Anna Carina, Jaime Bayly y Sandra Muente. Ni siquiera la Teletón se salva, acusada constantemente de chanchullo por parte de su ex lider Ricardo Belmont, hoy no es más que una convención de todos los programas de ese país y sin ninguna motivación extra: Se hace desde un escenario distinto cada año, el público solo puede ser el familiar de un paciente del Hogar Clínica San Juan de Dios, no hay artistas de peso y el evento es un desastre completo.

Para qué decir de los programas de farándula de ese país, algo que acá por suerte nos vamos a librar, aunque sea de forma parcial. Si acá las modelos farandulitas se jubilaron de la tele y hoy hacen su vida fuera de las cámaras -en realidad, mientras más lejos estén de un estudio que deberian usar otras personas y se dediquen a laburar, mejor para el futuro del país-, allá la cosa se descontrola a tal punto que muchas niñas las tienen como un ejemplo a seguir. ¿En serio? ¿Alguien que sale en pelota y que se mete de escándalo en escándalo es considerada un ejemplo por los millenials del Perú? Me están webeando. Esto se asemeja a la penosa etapa en que hasta Tanza Varela (!) y Valentina Roth (!!) tenían un club de fans, las cuales hoy afortunadamente las cambiaron por cantantes, que es mucho mejor.

Y si la TV chilena es un desierto, la TV peruana derechamente es un rio de caca abundante y peor que el Mapocho. Ni siquiera el concierto de Katy Perry, con su visita al Machu Picchu, fue publicado en algún noticiero de allá -que son peores que los de acá- o en los programas dominicales de reportajes. Todo fue eclipsado por una boda televisada -si, crealo, igual que en la peor etapa de la TV chilena- y por los escándalos de los elencos de los ya mencionados programas juveniles-.

Pero esto no comenzó en el 2012 -acuerdense que América Televisión cortó la mejor parte de los Juegos Olímpicos de ese año para pasar Esto es Guerra- sino que desde más o menos, finales de los 90s: En esos tiempos el gobierno de Alberto Fujimori habia hecho una forma detestable de difundirse, la cual consistía en fundar "medios chicha" con crónica roja peor que la nuestra, panfleteo al "chino" descarado y escrache a todo aquel que critique al presidente. Recuerden que asi nació "La Razón", el diario peruano más detestable y antichileno de ese país.

Pero también salpicó a la tele, ya que sobornaron a los canales -algo que se vio en los llamados "Vladivideos"- y crearon talkshows donde se utilizaba la miseria humana para ganar rating. Laura Bozzo, Mónica Zevallos y Maritere hicieron de las suyas con espacios donde se denigraba a los pobres y donde las peleas de grueso calibre eran pan de cada día, sumado a que tiempo después a la tipa que hoy trabaja en Televisa le descubrieron que su programa era un fraude pagado por el mismo Vladimiro Montesinos. Y no solo eso, Frecuencia Latina y Panamericana crearon programas con cómicos ambulantes.

Han salido dos protestas contra la TV basura en este tiempo, sin embargo, la solución que proponen a cambio es mala: Que derechamente no haya nada nacional y que solo se emita cultura y documentales. Acá hemos propuesto soluciones concretas una vez extinguido el farandulismo: Que se potencien más los talentos jóvenes, que se muestre música y la plata que se invertia en tongos se invierta en mejores cosas, como traer a cantantes de lujo a nuestra pequeña pantalla o que se financien atractivos formatos creados acá. No solo cultura, sino que entretenimiento sano y de calidad.

Una pena que uno de los países con un acervo cultural gigantesco, con una comida de nivel internacional y con un fuerte apego a lo social tenga una de las peores televisiones de Latinoamérica. Y eso que los peruanos son bien chauvinistas con su cultura, puesto que en la tele no distinguen entre un Gian Marco o una Nicole Pillman con una Tigresa del Oriente o Yahaira comosellame. Acá la farándula provocó la más grande crisis televisiva de que se tenga memoria, asi que ya saben nuestros contertulios peruanos lo que les espera a su industria.

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