Un jovenzuelo penquista que es feliz a su manera. Técnico en Computación e Informática que actualmente busca trabajo y, en el intertanto, quiere aprender más el bello arte de armar y arreglar computadores. Combate por la TV de calidad y ama la música pop tanto como a su familia.

23 marzo 2016

"Pobre Gallo": El chiste se cuenta solo

Desde comienzos de año he intentado buscar por todos los medios cómo referirme a esta teleserie de Mega que ni siquiera debería ser llamada propiamente tal. No es más que situaciones cómicas que, siguiendo la linea de las últimas creaciones de Quena Rencoret, se alejan de lo determinante en cada producción de esta índole: Los conflictos.

Al igual que con "Papá a la deriva", "Pobre Gallo" se aleja de cosas que podrían dar un vuelco en la historia y solo se centra en entretener, y en eso cumple, para ser justos. Entretiene, porque las 600 casas hace rato perdieron la exigencia de una buena ficción y se comieron toda esta patraña de los creadores de "Pituca sin lucas", y justificada a la usanza por Augusto Schuster en Radio Cooperativa.

Pero, ¿Qué tiene "Pobre Gallo" que no tengan otras teleseries de las 20:00 horas? Nada. Todo ya se ha visto. Todo son gags, refritos de los refritos. Nada determinante. Ningún elemento diferenciador que la distinga ni que sea reluciente en cada capítulo.

Lo mismo: Personajes cómicos entrañables como el de Gaby Hernández, el de Chapu o el de Fernando Godoy. Lo mismo: Diferencia de clases sociales. Lo mismo: Ingrid Cruz queriendo quedarse con Álvaro Rudolphy. Lo mismo: Paola Volpato en rol protagónico en algo que no es ni será un papel que la podamos reconocer en un futuro.

...Porque al fin y al cabo, eso han sido las teleseries en los últimos tiempos. Un montón de situaciones cómicas pero carentes de trascendencia, sin argumentos que la hagan perdurar en el tiempo. Y "Pobre Gallo" no es la excepción.

Schuster no se en qué piensa cuando llena de elogios a la televisionchilena diciendo que es la mejor del mundo, que no tenemos nada que envidiarle a las grandes potencias ni nada. Parece que sus años trabajando en Argentina no le sirvieron de nada, porque hasta la ficción ché está en mejor pie que la de acá -cof, cof, Esperanza Mía, cof, cof-.

Ni siquiera el OST de esta teleserie salva. Solamente canciones dignas de Radio Candela, de fiesta de rancho, que refleja fielmente los gustos de quienes ven "Pobre Gallo". Porque dejemos de vernos la suerte entre tarotistas: No tiene absolutamente nada de innovador. NADA. CERO. Y que la mayoría de las 600 casas la vean refleja que hay algo que está fallando.

"Pobre Gallo" es la derrota de las ideas. Es un artista nacional presentándose en "Intrusos". Es un chiste que se cuenta solo y que no resiste ni siquiera un análisis mejor acabado. Y me importa poco y nada que tanto Megalovers como los fans de Ingrid Cruz me vengan a mentar la madre. Si quieren háganlo.

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