El sábado asistimos a la última gala de Sábado Gigante celebrando sus 50 años, y además asistimos a un show realmente emocionante.
Se le hizo un sentido homenaje a Valentín Trujillo, donde se le destacaba los años que había acompañado con su piano a Don Francisco. Además del concurso "Dispare usted, disparo yo" donde el concursante perdió, pero se llevó algunos premios de consuelo por obra y gracia de Don Francisco.
Además asistimos al segundo reencuentro de Don Francisco con Mandolino, lo cual echó por tierra todas las acusaciones de mala onda que surgieron de parte de ciertos orangutanes de la farándula. Por cierto, el primer reencuentro con Armando Navarrete fue en la Teletón del 2008. También cantamos con Américo, Viking 5, Giolito y su Combo y Gloria Trevi se reencontró con el país cantando sus nuevas canciones. También estuvieron Myriam Hernández, Luis Jara y Martín Carcamo compartiendo sus memorias.
Y adicionalmente, apareció en público el nuevo mandamás del canal 33% católico, Nicolás Eyzaguirre.
Sin duda estas cuatro semanas asistimos a un homenaje, más que a un programa de televisión, a un modo de hacer televisión que sin duda alguna se extraña hoy en día. Un homenaje a Eleodoro Rodriguez Matte, a Arturo Nicoletti, a todos aquellos que dieron lo mejor de sí por ofrecer un producto que trascienda en el tiempo por cosas buenas, donde primaba la entretención sana y familiar, donde se daba cabida a grandes artistas.
¿Qué lecciones nos dejan estas galas de Sábados Gigantes? Que se extrañan hoy en día esos buenos programas, esa es la televisión que ojalá vieramos todos los días, no solo en horario estelar, sino que a toda hora. La tele debe cumplir varias funciones, pero siempre con el sentido común y las cosas buenas por delante, no como ciertos programas que solo arman escándalos, tongos, cahuines y controversias varias solamente por algunos puntos de rating.
Por ello, quiero hacer un llamado a Eyzaguirre y a los que hacen Canal 13, para que de una vez por todas tomen el toro por las astas, y hagan una mejor televisión, como la que hizo Don Francisco. No es de avejentados ni nada, pero esa es la clave de la televisión de calidad, no solo educar e informar, sino que entretener de la forma más correcta posible. Y como viene de músicos, ojalá potencies la música y a grandes artistas en el canal, para que vuelva a ser un gigante como lo era hace 30 años.
Por último, quisiera extender estas palabras para Don Francisco. Un hombre más amado que odiado, pero que sin duda es un gran valuarte de nuestra televisión. Un hombre noble, cercano, que hizo televisión sin distinciones, sin exclusión de género ni ideas políticas. Durante sus programas nunca ha hecho ni emitido ninguna opinión política, porque nunca se ha metido en esos temas, simplemente porque no corresponde. Que ha unido a Chile, y que ha estado aquí siempre cuando el país lo necesitaba.
Por eso... ¡A su salud, don Mario Kreutzberger! ¡Y que sean 50 años más de estos, nuestros Sábados Gigantes!
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Se le hizo un sentido homenaje a Valentín Trujillo, donde se le destacaba los años que había acompañado con su piano a Don Francisco. Además del concurso "Dispare usted, disparo yo" donde el concursante perdió, pero se llevó algunos premios de consuelo por obra y gracia de Don Francisco.
Además asistimos al segundo reencuentro de Don Francisco con Mandolino, lo cual echó por tierra todas las acusaciones de mala onda que surgieron de parte de ciertos orangutanes de la farándula. Por cierto, el primer reencuentro con Armando Navarrete fue en la Teletón del 2008. También cantamos con Américo, Viking 5, Giolito y su Combo y Gloria Trevi se reencontró con el país cantando sus nuevas canciones. También estuvieron Myriam Hernández, Luis Jara y Martín Carcamo compartiendo sus memorias.
Y adicionalmente, apareció en público el nuevo mandamás del canal 33% católico, Nicolás Eyzaguirre.
Sin duda estas cuatro semanas asistimos a un homenaje, más que a un programa de televisión, a un modo de hacer televisión que sin duda alguna se extraña hoy en día. Un homenaje a Eleodoro Rodriguez Matte, a Arturo Nicoletti, a todos aquellos que dieron lo mejor de sí por ofrecer un producto que trascienda en el tiempo por cosas buenas, donde primaba la entretención sana y familiar, donde se daba cabida a grandes artistas.
¿Qué lecciones nos dejan estas galas de Sábados Gigantes? Que se extrañan hoy en día esos buenos programas, esa es la televisión que ojalá vieramos todos los días, no solo en horario estelar, sino que a toda hora. La tele debe cumplir varias funciones, pero siempre con el sentido común y las cosas buenas por delante, no como ciertos programas que solo arman escándalos, tongos, cahuines y controversias varias solamente por algunos puntos de rating.
Por ello, quiero hacer un llamado a Eyzaguirre y a los que hacen Canal 13, para que de una vez por todas tomen el toro por las astas, y hagan una mejor televisión, como la que hizo Don Francisco. No es de avejentados ni nada, pero esa es la clave de la televisión de calidad, no solo educar e informar, sino que entretener de la forma más correcta posible. Y como viene de músicos, ojalá potencies la música y a grandes artistas en el canal, para que vuelva a ser un gigante como lo era hace 30 años.
Por último, quisiera extender estas palabras para Don Francisco. Un hombre más amado que odiado, pero que sin duda es un gran valuarte de nuestra televisión. Un hombre noble, cercano, que hizo televisión sin distinciones, sin exclusión de género ni ideas políticas. Durante sus programas nunca ha hecho ni emitido ninguna opinión política, porque nunca se ha metido en esos temas, simplemente porque no corresponde. Que ha unido a Chile, y que ha estado aquí siempre cuando el país lo necesitaba.
Por eso... ¡A su salud, don Mario Kreutzberger! ¡Y que sean 50 años más de estos, nuestros Sábados Gigantes!