Primera a la izquierda, la vendida de Paola Camaggi |
Y después dicen que es una exageración cuando decimos que la farándula en nuestro país es un monopolio.
Nuestro pensamiento es sencillo: Si de esos alrededor de 78 mil minutos dedicados a ese género, la mitad de ello se dedicara a la programación infantojuvenil tanto nacional como extranjera (¿o sea Canal 13 no puede revivir su área infantil que vivió exitazos como "Villa dulce", "Diego y glot" y "Pulentos"? ¿Mega tiene la alianza con Nickelodeon por las puras? ¿acaso CHV no puede aprovechar que, como canal de Turner, puede dar series de Cartoon Network, Tooncast y Boomerang?), el 25% a los estelares de renombre, y el otro 25% a la cultura, la TV sería mucho mejor.
Debemos aprender de paises como Uruguay, donde siendo una televisión austera, tienen una grilla muy variada que no deja a nadie disconforme. Es buena, pero puede mejorar. Lo mismo para la TV colombiana que tambien sabe de variedad.
Y bueno, esto es un primer paso para que, como chilenos, exigamos contenidos buenos y de calidad, entretenidos pero sin agravio. Por eso, y aunque me muelan algunos, es que necesitamos una Ley de Medios en nuestro país, pero que sea bien hecha y no vaya en contra de empresas (caso Argentina-Grupo Clarin) o a favor de otras (caso Mexico-Televisa).
Y otro detalle: Algunos dicen que una ley de medios atentaría contra la libre competencia. No pues. A nosotros nos gusta que compitan, pero nos gustaría aun más que compitan a la buena de igual a igual, calidad contra calidad, buenos contenidos contra buenos contenidos siempre respetando la libertad de elegir. Como sucede en Colombia, Uruguay y sucedía otrora en la TV venezolana en los 80s y 90s.