Comenzó el último festival de la historia de Chilevisión y con varios alcances que hacer. Tuvimos un show digno de las grandes ligas, unos humoristas que, sin proponerselo, reflejaron el doble estandar de los moralinos de las redes sociales, y un grupo chileno consagrado que, por falta de organización, tuvo que salir a la hora del cono.
Ricky Martin
No cabe duda. Un espectáculo de nivel internacional digno de Broadway, Las Vegas o el Madison Square Garden. El puertorriqueño sin duda dio luces de su jerarquía y evolución como artista, un entretenedor que, de no ser por su paso al mundo anglo, hoy sería otro baladista latero e insoportable, de esos miles que tocan demasiado en radios como FM2 o Romantica. Un recorrido por sus miles de éxitos que hicieron delirar al público que, en masa, fue a verlo a él.
Los Locos del Humor
No voy a decir que fueron "ordinarios" y "vulgares" porque seria muy doble estandar de mi parte. Además, no se haga. Vocé, tanto como yo, nos reimos con Los Atletas de la Risa, Dinamita Show en los tiempos que ni siquiera salian en la tele, o en esos tipicos chistes de asado o junta de Club Social y Deportivo. Sin embargo, eso no quiere decir que no encuentre que la rutina fue deficiente, fome, que sacó pocas carcajadas y que apenas sacó aplausos.
Además, ¿se merecian realmente los tres premios que les entregaron? ¿Cual es la mania de los animadores de entregar ellos los premios, o la orquesta cuando empieza con los redobles de tambores anunciando que se viene la premiación, cuando casi nadie pedia la antorcha? Ah, se me olvidaba que por contrato, Entel debe aparecer al menos 3 veces durante el festival. O al menos, eso dicen las malas lenguas.
Los Tres
Con presentación especial del gran Fernando Gonzalez incluida, el grupo oriundo de acá de Conce, que tuvo que salir por desprolijidades del programa a la hora de Canciones Retocadas (?), sencillamente gustó en su actuación en la Quinta Vergara. Aunque ya alejados de la polémica del 2007, el conjunto liderado por Álvaro Henríquez nos hizo recordar esos tiempos de la música del retorno a la democracia, cuando le dabamos bola a los artistas nacionales y no a giles que no le han ganado a nadie.
