Porque, seamos sinceros, ¿Qué le ven a las últimas producciones de la luna y la estrella? Son más lentas que Pepe Rojas bailando un bolero y todas redundan en lo mismo: La sociedad machista de Estambul. Y aún así encuentran rico al galan que tiene en cautiverio a alguna sufrida protagonista.
Quizás lo único que me alivia es que "Zamudio" gane algún premio relevante por parte de industrias potentes extranjeras, tanto como de comunidades LGBTI, puesto que aunque no lo quieran ver algunos, es una serie que le pone cara a un hecho real y que, además, concientiza sobre la gente homosexual -los cuales me caen excelente-. Pero, ¿Qué les pasa? Esto es una tragedia, un delito contra las pretensiones de todos los canales de apoyar productos de nivel internacional, puesto que la audiencia poseedora de esas cajas todavía viven en el cuarto mundo.
Lo peor es que si esta serie fuese hecha en Brasil, allá mataría en sintonía. Bah, se me olvidaba que estamos en Chile, donde la gentuza prefiere algo foráneo que cosas hechas acá, con profesionales y actores formados acá.
Lo otro que quizás me alivie es que ya todos están pidiendo una mejor medidora de audiencias puesto que, recordemos, que la serie es vista por los más jóvenes, y ellos vieron la serie por la señal online. ¿Quién cuenta todo eso? Nadie. Ni siquiera TimeIbope. Como dijo René Naranjo, si se cree que un aparato que solo sirve para ponerle precio a la publicidad es un barómetro de calidad entonces merecemos la TV que tenemos.
Bueno, como sea, hechos como estos, un lider que es lider por pragmatismo -porque ni siquiera tiene variedad programática, es cosa de recordar que ni cuentan con programación infantil- y unas 600 casas que les pusieron un código de barras, me hacen ver que la TV chilena no progresa.
