Anoche acabó "La Poseida" y tuvo en su último capítulo -que fue relatada con maestría, con ese "realismo mágico" tan lejano a nuestra industria- 11,3 puntos y peak de 12, ya no recuerdo bien. Pero por primera vez se sostuvo en los dos dígitos, algo que debió haber sucedido en todo el desarrollo de la historia de Carmen Marin.
Pero neta, una vez más llegó el sesgo de la prensa, que acostumbrada a destrozar todo lo que huela a TVN, le dijo al público que como no marcaba bien, no debía ser visto y la gente debía seguir viendo las turcas.
Perdóneme la franqueza por favor, pero por culpa de esa bola de pendejos, malacostumbrados a ver todo lo nacional como "malo", por esos nacos es que la TV chilena está en la peor crisis de su historia. No es un juicio antojadizo, es algo que dicen varios expertos en la industria y locutores radiales como Victor Aranda de Radio Carolina.
La culpa de que nuestra pequeña pantalla esté al pedo de mala es de los mismos medios, como Biobiochile, Publimetro, EMOL y el nunca bien ponderado Fotech, que se empecinan en destacar sin vergüenza alguna programas como "Manos al fuego", te cuentan todo lo que sucedió en "Sila" y solo hablan de algún programa de TVN cuando le va mal. En palabras simples, a ellos les conviene que el canal nacional esté en crisis porque ellos ganan dinerito con eso, incluso más que haciendo clickbait a través de Twitter. Si ya lo dije y qué, parafraseando a Yerko Puchento.
La culpa es de los ejecutivos que miraron a huevo los productos locales. Partiendo por Patricio Hernández que cuando llegó despidió equipos de trabajo y producción, no fue capaz de generar los suyos e hizo una "televisión complaciente" que tiene éxito en el país aprovechándose que la prole es poco exigente y tiene los gustos ahi donde empieza Arica. Y de Nicolás Acuña, quien para "promocionar" La Poseida no tuvo mejor remedio que repetir el primer capítulo hasta la madrugada. Al chile.
Y la culpa es de usted, que tal vez prefiere las turcas porque las producciones nacionales son "malas". Usted se perdió una buena novela, con la misma factura de "Secretos en el Jardín" y que, de existir los Emmys locales se llevaría todos los premios habidos y por haber, quizá como "premio de consuelo" al no tener la venia de la ingrata audiencia. Usted vive en el eterno prejuicio de que los actores son llorones, ignorando que la fortaleza de una industria tevita sustentable es la capacidad de motivar a todos a través de una buena historia, bien contada y bien hecha.
Ah, ya sé lo que usted está pensando, que yo poco menos que estoy obligando a la gente a ver TVN contra su voluntad. Guey, a mi me da lo mismo si un programa de la factura de "La Poseida" se emite en un canal en crisis, o en el 13. Créame que si se emitiese incluso en CHV llamaría a verlo, si es que el público que me sigue es consecuente.
Importa porque si productos como "La Poseida" o "Juana Brava" tienen éxito, podrán motivar a TVN y al resto de los canales a hacer más ficción que no necesariamente repitan el esquema tipico de la pobre que se enamora del rico y la malvada madrastra luchando por impedir que lleguen al coito (aló Quena Rencoret). Importa porque si la gente escoge una buena historia, se multiplicarán así como Cristo multiplicó los peces y los panes. Pero no, ustedes dele con "Sila" y "Kara Para Ask", permitiendo que canales como Mega les menten en la madre con su parrilla flexible y su desconocimiento del Chile de hoy.
Medite esto en su hogar, yo solo estoy expresando mi punto de vista. Si usted tiene el suyo, lo respeto, pero que no se le olvide: Tú, y solo tú, tienes en tus manos la llave que le permitirá a la TV chilena salir del encerradero pantanoso en el que está. Yo solo destaco los buenos programas porque mi profesionalismo como crítico de tele me lo exige, al igual que el selecto "Club de los Colegas" que colabora en este humilde sitio para expresar sus ideas sobre cómo debería ser la industria. Y no, la TV abierta chilena no morirá por el cable o Netflix, sino que por sus propias decisiones. Tanto como de ejecutivo y programador como de televidente. Después no se queje.
