Una marcha convocada por grupos izquierdistas y gremios a favor de la paz terminó de la peor forma posible: Dos suicidas detonaron bombas en medio de la gente que se reunió cerca de la estación de trenes de Ankara. El saldo fue de 95 muertos y 246 heridos.
Según la nota emitida por Mega -era que no-, se trató de un atentado terrorista, sin embargo, lo que ellos no dicen es que todo esto oculta un trasfondo terrible en la sociedad de la tierra de la sobreactuada Beren Saat.
La primera responsabilidad es del gobierno de Erdogán, de ideología derechista e islamista, quien sería sindicado de planear este "atentado" (nótense las comillas) para contrarrestar su creciente oposición. De hecho, el mismo canal de Vicuña Mackenna habla de "activistas radicales" (!) siendo que él es cuestionado. Es más, compró los medios para jugar a su favor y las novelas turcas, las mismas que invaden el prime de Mega, responden a su discurso, ya que planean mostrar un país rico, avanzado y productivo, siendo que hasta los mismos actores y realizadores han recibido tratos vejatorios e inhumanos que incluso acabaron con la vida de varias personas.
Incluso se dice que Erdogán ordenó a los medios no hablar del atentado e ignorarlo.
Esa es la realidad de Turquía, el país favorito de las viejas rancias. No cabe duda que detrás del notorio avance de sus producciones dramáticas se esconde un transfondo político, el mismo que hizo que la farándula tuviese éxito durante 3 años ignorando verdaderos temas país y actuando como cortina de humo del movimiento estudiantil.
