Porque la guerra fria entre farándula y calidad es como la izquierda contra la derecha: Mientras los primeros batallan contra las injusticias con las que la elite oprime a la clase media, la derecha ha promovido el individualismo, el elitismo, el arribismo, la mentira y la hipocresía, de la cual bien hacen gala los personeros más reconocidos de la UDI y Renovación Nacional.
¿O qué? ¿Me van a decir que algún farandulito quiere algo bueno para el país? No, lo que importa son ellos, ellos y solamente ellos. Egocentrismo. Luchojarismo.
Es cosa de ver que el mayor apogeo de la farándula en nuestro país, lamentablemente, fue en el peor gobierno de nuestro país: El de Sebastian Piñera. Mientras miles de jovenes marchaban por una educación de calidad, operadores políticos le dijeron a las televisoras que había que desviar la atención con algo. Y llegaron los bufones más reconocidos de lo que hoy es Chile Vamos: La misma Barrientos, Luli, Vale Roth, las argentinas que vienen a robar acá, los caeza' e' músculo que también atracan. Y lo artístico, el talento, aislado y puesto en un tercer y hasta cuarto plano.
Los farandulitos han sido unos parásitos, viven chupando la teta de los canales de televisión, la han saqueado, desmoralizado, le quitaron el espíritu, las ganas, el corazón. Por eso baja la audiencia en los canales, por eso el cable y Netflix sacan cuentas alegres año a año. Por algo mientras otros modelos televisivos se reinventan y llevan a grandes figuras a la televisión abierta, el nuestro sigue manteniendo ese ventilador mecánico a la farándula que a las finales es más que nada un gastadero de luz tremenda, y así lo señalan los índices financieros de cada televisora, y así también lo señala el cuarto lugar de "SQP" y el paupérrimo rating de "Primer plano" hoy por hoy.
Por eso cuando me piden que los tolere, que respete su forma de ser, yo no lo hago: Ellos no permiten la libre elección a la hora de ver televisión y le pautean a los ejecutivos. Ni los farandulitos son gente ni mucho menos la televisionchilena es televisión propiamente tal. Es cualquier cosa menos lo que mencioné. Nos quitan la pantalla a todos y los talentosos salen perdiendo, como cuando la justicia solo sirve para los poderosos que solo son condenados a clases de ética.
Nuevamente el tiempo me está dando la razón: Los farandulitos son todos fachos. No me extraña que se junten en una guarida secreta planificando con productores y operadores políticos el próximo tongo al son de "Un horizonte de esperanza / nace un septiembre inolvidado". Diga lo que quiera, llamelo como locura, como guste, pero con toda la mierda que pasa en Chile, ahora hay chance de pensar cualquier cosa. Simple.
Ah, y se me olvidaba: Me importa una poronga que me digan "no uses el término facho, es de la guerra fría". Cero tolerancia con quienes saquearon el país y sus medios, con quienes la desmoralizaron, con quienes aislaron el talento y pusieron por sobre todo la indignidad e hicieron que la televisionchilena sea una cosa sin alma, una cosa fría, caduca, trasnochada, deslucida y sin por lo menos algo cualitativo. Después de todo, ellos también son cómplices de la crisis de TVN, también son culpables de que hayamos perdido los eventos que teníamos, son culpables de que nunca vengan grandes figuras a la tele. Son culpables de todo.
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