La nomina de artistas estaba compuesta por lo más variopinto: Amaral, Juan Luis Guerra, Miranda!, Andy y Lucas, David Demaría, Daddy Yankee, Journey, José Feliciano -al que los chaqueteros de siempre trataron de obsoleto y antiguo, ya en ese entonces los muy huevetas encontraban malo todo lo que se subía a Viña-, Chancho en Piedra, Javier Estrada, a-ha, Alejandro Fernandez y "La Gran Sonora de Chile", una fusión exitosísima entre La Sonora de Tommy Rey y la Palacios.
Ya antes del evento había una polémica. Simply Red y Jamiroquai se bajaban del encuentro musical de excelencia, los dijeron que nunca los habían invitado. En fin, el día 22 de febrero se daba inicio a la versión nº 47 con una obertura gigantesca, y un criticado vestido de Myriam Hernández donde se veía como María Magdalena, además de un vilipendiado beso que para muchos fue "más falso que las pechugas de la Luli".
Abrió la noche un revitalizado Juan Luis Guerra, que se paraba sobre el escenario luego de superar una crisis espiritual -que es mucho peor que la depresión-, y de encontrar ayuda en Dios, por eso le dedicó un disco con puras canciones cristianas, del cual ganó incluso un Grammy y el tema que más trascendió de ese LP era "Las avispas". Andy y Lucas pasarían sin pena ni gloria, y finalmente Miranda!, que antes de subirse a Viña tuvieron que sortear a un tipo que dijo tener inscrita la marca en Chile, pero que pese a ello, se subieron vestidos de "guardianes galácticos del amor" -en una entrevista previa a Radio Cooperativa-, y triunfaron.
El desconocido Carlos García era visto como un número debil en el humor, sin embargo, conquista al Monstruo con chistes clásicos y con su faceta de cantante lírico. El incombustible duo mexicano "Sin Bandera" se encarga de poner el ambiente para los enamoradisos, e Illapu impone la cuota de chilenidad.
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| A-ha en la conferencia de prensa de Viña 2006 |
En una jornada se sabe la noticia que conmociona a la parrilla: Al vocalista de Journey le dió neumonitis y le fue imposible participar de la jornada. Es ahí cuando se anuncia al numerazo que lo reemplazaría: Kansas, los creadores de "Dust In The Wind", que fueron furor en los 80s y lo volvieron a ser en la Quinta Vergara. Una notable actuación tiene Coco Legrand con su rutina basada en como somos los chilenos, lo más notable es cuando hasta se baciló a el mismo por su ceguera.
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| La vocalista de Amaral con el hijo de Jorge Zabaleta |
Sin embargo, al finalizar esa noche, un estilo hinchahuevas se hace presente con fuerza. Desde el verano del 2005, ese aborto de la música llamado reggaetón fue grito y plata, y que hasta hoy le pone trabas a los nuevos temas y artistas en las radios de nuestro país. Y su máximo estandarte fue: Daddy Yankee. Un portorriqueño con apariencia flaite, vestimenta flaite, y actitud flaite y soberbia queriendo decir "soy mejor que tú, fracasado". Apareció desde las alturas sentado en una silla plateada, y ni se imaginan los pendex bailando. Incluso sacó a un niñito a cantar el ritmo de moda -recuerdo que en la Cooperativa, radio que transmitía el certamen, daban un comercial de Chicles Dos en Uno con un niño que le mandaba a la mamá, que era flojo y que quería que lo llamaran "DJ Puro Latino", para que vean lo soberbios que se ponen los pendejos con esa música-.
Ese año irrumpe a modo de humorada la candidatura de Tonka Tomicic, bajo el lema "100% natural", contestando a aquellas argentinas operadas. La en ese entonces animadora del Buenos días a todos arrasa en las votaciones, y el piscinazo fue muy esperado, sin embargo la picota por excelencia Rocío Marengo se desquita tirando a dos niñitos chicos a la piscina al mismo tiempo que la modelo. Para que vean que la argentina siempre ha tenido una actitud tanto neurotica.
La última noche fue muy especial. Días antes del evento, seguidores de Franz Ferdinand hicieron una campaña para llevarlos a Viña -el grupo era telonero de U2, que se presentaban por segunda vez en Chile-, la cual tuvo éxito. Y el conjunto escocés liderado por Alex Kapranos tuvo una acogida redonda, y a mi gusto, junto con Nelly Furtado, fueron -hasta hoy- los últimos anglo de moda en el escenario. "Lucky" y "Take me out" fueron los favoritos de la juvenil fanaticada.
También, influenciado por el éxito arrollador en el Festival de Olmué de ese año, Ruperto fue una contratación de última hora para integrar las filas humorísticas. Su actuación, basada en el circo chileno y con un hilarante dialogo con Lagos, fue premiada hasta el cansancio y Cristian Henriquez, su creador que hoy siempre se renueva con hilarantes personajes, termina emocionado.
La ganadora fue "Dilo de una vez" de Humberto Vargas Valerio de Costa Rica, y Elizabeth Morris, con su "Canción de agua y viento", se llevó la folclórica. Fin de fiesta tuvimos con una interesante fusión de las dos grandes sonoras de nuestro país. Y como era el último festival del 13 en solitario, se hizo una clausura con los animadores y la obertura a modo de despedida.
Lo curioso es que Andy y Lucas y David Demaría pasaron sin pena ni gloria por Viña, y después de ellos, no sonaron más en Chile. Y eso que en España son muy reconocidos.
El 2007... ¿superará con creces este esplendido año?
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