Y acá vienen los mil y un baches que deja en el patio de las comunicaciones, y eso lo dice uno que confió en su nombramiento viendo su currículo, pero que su entusiasmo se lo llevaron las olas junto a las fragatas portuguesas.
No voy a caer en el juego de Vasco Moulián de ningunearla solo porque ella, junto al programador Eugenio García, vienen del mundo "intelectual" -miren que eso es una de las grietas del farandulismo hoy por hoy-. Solo que a ella la pilló un fenómeno inmerecido como Mega, que se dedicó a hacer televisión para el people meter, con el mismo pan para hoy que será hambre para mañana. Ella no pudo contraarrestarlo a tiempo y metió a sus amigos para enriquecerse mientras el maldito rating bajaba y bajaba como el precio del cobre.
Yo vi los primeros capítulos de "Caleta del Sol", lo asumo, porque la propuesta la encontraba interesante, sin embargo, el desarrollo lo encontré latoso y bueno, ya sabemos todos las consecuencias. Compró la Liga Nacional de Básquetbol para dar solo un partido y chao pescao. Tuvo aciertos, si, como "La Chúcara", "Matriarcas" y "La Poseida", algunos con audiencia dispar, además de ese oasis de calidad llamado "Puro Chile", una de las pocas buenas noticias de lo que va del verano.
Pero, ¿Qué pasa? ¿Por qué el rating seguía por el suelo? Algunos atribuyen su poco manejo de crisis y la masiva fuga de actores hacia el canal que tiene la batuta hoy por hoy, y que fabrica salchichas tanto como fans oportunistas en redes sociales y foros de televisión.
Quizá a ella le jugó en contra pensar que Chile estaba preparado para ver alta cultura cuando recién venimos saliendo de la era farandulera, con todo ese vacío legal que implica. Ahora, ¿Cuál es la salida? ¿Hacer el mismo modelo chano de Vicuña Mackenna? ¿O contraprogramar con contenido?
Cuando escuché "Charagua" en el Festival del Huaso de Olmué sentia que un canal como TVN es necesario, no por su discurso de la "misión", sino porque en tiempos en que la televisión busca urgente un camino concreto hacia la solución de su crisis, hace falta alguien que señale el camino a seguir. Para hacer calidad se necesita talento, esfuerzo y valentía, y para ser honestos, eso lo vi en ideas que al poco tiempo quedaban en solo buenas intenciones. Y en esa creación de Victor Jara hay un mensaje, que es reivindicar la tele como vehículo de información y entretención, y en intentar consignar todos los métodos de visionado para una audiencia más efectiva y atenta.
Todos queremos que su sucesor sea alguien que sabe de televisión, pero supongo que ninguno de nosotros queremos que lo sea alguien que confunda "saber de tele" con "saber de farándula", ni mucho menos saber más de tongos que de qué artista o género musical se escucha más en Spotify, iTunes o Apple Music. ¿Qué pasará con TVN ahora? No lo sabemos, aunque me encantaría.
Solo decir que la televisión es cíclica y espero que el futuro sea auspicioso para nuestra pequeña pantalla. Canal 13 ya empezó el año siendo segundo en enero y dejando a Chilevisión tercero. Si el nuevo hace las cosas bien, fácilmente pueden dejarlos cuartos. Cosa que por lo menos se pueda pelear el segundo lugar para asi complicarle el camino a Mega. ¿Pero cómo?
Los fans de TVN podrán ser lo que quieran, pero son más pasables que los de Mega, porque ellos saben que televisión de calidad no es cualquier cosa. Es reunir a la familia en torno al televisor con cosas que aporten y que gusten a todos los integrantes del árbol genialógico, cosa que ya están haciendo con el matinal llevándolo a barrios incluso de regiones, esa es la mística, que nunca debió perderse. Que sirva de brújula, porque el rating está obsoleto y el que venga tiene que no solo estar consciente de eso, sino que también tomar acciones concretas para equiparar el mundo de KantarIbope con las redes sociales, porque ambos tienen algo que decir.
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