Que la televisión chilena no sabe qué carrizo hacer para mejorar sus arcas y sus datos en TimeIbope es algo que todos sabemos. Que estén desesperados por algo que caiga de milagro para sus pretensiones también lo sabemos todos.
En estos 5 años de etapa televisiva tan oscura como el futuro de la carrera de Iggy Azalea se es indispensable buscar respuestas por parte de los ejecutivos, y muchas veces ellas no están en los avisadores, ni en Elias Selman: Está en nosotros, los televidentes.
Cambiar el modelo de negocios de hoy, orientado a farandulizar hasta a medios importantes como Biobiochile o Publimetro, resulta de primera necesidad si quieren que nuestra pequeña pantalla siga gozando de buena salud.
Y si, podemos gastar a la TV chilena, podemos decir que son pecho frio, que los faranduleros son todos unos vigilantes, botones y patas sucias, pero en el fondo nos da pena el estado actual de ella: Cómo un instrumento que sirvió para "informar, educar y entretener" terminó siendo la bosta inmirable que es hoy.
Reitero: Está en cada uno elegir lo que ve, pero el negocio no se sostendrá poniendo un suero a los programas de farándula compuesto únicamente por notas de "las peores selfies de los famosos" o "qué lleva Adriana Barrientos en su cartera". Ya no va. Tampoco exprimir al cansancio las falsedades de ese insulto a la inteligencia llamado "Manos al fuego". Como lo dije ayer y lo vuelvo a decir hoy, simplemente es pan para hoy y hambre para mañana.
El anhelado dinerito no crece en los árboles ni menos llegará si explotan a faranduleras ladronas y feas. Se logra única y exclusivamente logrando una diversidad importante, leyendo al televidente. Salgan a la calle, busquen al joven, a la gente de clase media, al estudiante, al trabajador, a aquel que quiera sentirse identificado en la televisión chilena. ¿Creen ustedes que la gente se identifica con Daniella Chavez? No pues, y el que lo hace, simplemente tiene un ACV en su cabeza.
Ya es momento de un cambio de paradigma, "Empezar desde cero" como lo decía RBD, buscar nuevos referentes, mejorar los estándares de calidad. O si no, que no se diga que nadie se los advirtió, porque esas maderas que sostienen el modelo farandulero están cayendo. Uno por uno.